WASHINGTON, 31 Dic. (EP/AP) -
El ex presidente Gerald R. Ford regresó este sábado a la capital estadounidense, Washington, donde fue jefe de Estado y legislador, esta vez dentro de un féretro que fue recibido con salvas de cañones y la escasa parafernalia que deseaba para cuando muriera.
Con el retumbar de un cañón y el silbido de una gaita, la capital honró la memoria de Ford en un acto donde fueron recordados algunos momentos de su vida, desde los combates que libró en el Pacífico, su carrera que amó como legislador ante el Congreso y la presidencia que no buscó, pero que sí tuvo a su cargo.
Tanto sus antiguos colegas, como los dirigentes actuales y el pueblo estadounidense le recordaron como un hombre que fue llamado a recuperar el país por las heridas que dejó el caso Watergate, el escándalo que provocó el derrumbe de la presidencia de Richard Nixon en 1974 y llevó a Ford a despachar en el Despacho Oval.
El vicepresidente Dick Cheney, jefe de personal de Ford por aquel entonces, estuvo presente durante la breve ceremonia para recibir el cuerpo y fue uno de los portadores del féretro.
La decisión de Ford de perdonar a Nixon, tan controvertida que probablente le costó la reelección a la presidencia en el año 1976, fue asumida con franqueza en su funeral por su ex colaborador Cheney.
"Fue este hombre, Gerald R. Ford, que condujo a nuestra república a atravesar de manera segura una crisis que pudo haberse convertido en una catástrofe", indicó Cheney en la Rotonda del Capitolio, donde el cuerpo de Ford descansaba dentro de un féretro cubierto con una bandera estadounidense.
"Gerald Ford estuvo casi solo al entender que no puede haber curación si primero no hay perdón", añadió Cheney.
Al caer la noche, una nave de la flota de la Casa Blanca trajo el cadáver del trigésimo octavo presidente a la Base de la Fuerza Aérea Andrews, para la realización de exequias cerca de su residencia en California, donde los dolientes desfilaron junto a su féretro en recuerdo al modesto hombre convertido en jefe del poder ejecutivo en una época de trauma nacional.
Su llegada inició la parte del funeral de Ford a realizarse en Washington, en una ruta que va desde Maryland a Virginia y luego a través del Puente Arlington Memorial --adornado con banderas estadounidenses--, pasando por el monumento a los caídos en la Segunda Guerra Mundial y luego al Capitolio, para el primer servicio fúnebre y la exhibición del ataúd hasta el martes.
