El Ejército envía un segundo robot para rescatar a los 29 mineros

mina Pike River en Nueva Zelanda, 29 mineros atrapados
POOL NEW / REUTERS
Actualizado: martes, 23 noviembre 2010 9:00


WELLINGTON, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Defensa de Nueva Zelanda, Wayne Mapp, anunció este martes que el Ejército ha facilitado un segundo robot para localizar a los 29 mineros que desde el pasado viernes permanecen atrapados en una explotación de carbón cerca de la ciudad de Greymouth, en el sur del país.

Ante las expectativas generadas por el reinicio de las tareas de salvamento, Mapp advirtió de que se trata de un dispositivo diseñado para desactivar bombas, no para realizar rescates a gran profundidad, por lo que podría fallar, a pesar de que se le han hecho algunas modificaciones para que pueda cumplir con el objetivo.

Este robot llega después de que su antecesor, también propiedad del Ejército, quedara inutilizado a unos 550 metros de la entrada de la mina tras sufrir un cortocircuito provocado por la acumulación de gases tóxicos y la humedad del ambiente.

A este respecto, Mapp indicó que, en principio, no tendría que haber problemas con la nueva máquina, ya que solo ha sufrido daños al entrar en contacto con una cascada y no se espera tal concentración de líquidos en el yacimiento, informó Radio New Zealand.

De forma paralela, los equipos de rescate trabajan en la perforación de un orificio de unos 15 centímetros de diámetro y 150 metros de profundidad por el que introducirán una cámara para comprobar que los mineros --24 neozelandeses, dos australianos, dos británicos y un sudafricano-- continúan con vida.

Sin embargo, las esperanzas de que hayan sobrevivido se desvanecen, debido a las condiciones de la explotación, ya que, según indicó Pike River Coal, la empresa propietaria, de haber llegado al refugio, único lugar con oxígeno de la mina, los operarios solo contarían con alimentos para un máximo de un día por persona y ya han transcurrido cuatro desde que se produjera el accidente.

A ello hay que añadir el retraso en las tareas de perforación debido a la existencia de grandes cantidades de roca en el subsuelo de la explotación que han impedido continuar profundizando. Además, las excavaciones deben desarrollarse con sumo cuidado, ya que la acumulación de gases tóxicos que presenta la mina podría provocar una segunda explosión.