Actualizado: martes, 7 julio 2015 11:18

AFUERAS DE ARSAL (LÍBANO), 4 Ago. (Reuters/EP) -

El Ejército libanés ha empezado esta noche su operación para recuperar Arsal, un pueblo en la frontera con Siria que está bajo control de grupos islamistas desde este fin de semana. Son los choques más fuertes en territorio libanés desde que empezara la guerra civil en Siria hace más de tres años.

El Gobierno del suní Tamam Salam ha decidido reforzar las posiciones del Ejército en Arsal porque ha asegurado que no existen "soluciones políticas" con las milicias Estado Islámico y Frente al Nusra y que, supuestamente, son los que han tomado el pueblo.

"La única solución propuesta hoy es la retirada de los miilicianos de Arsal y sus alrededores", ha asegurado Salam.

Rodeado por el resto de su Gobierno, Salam ha acusado a los milicianos de intentar exportar "sus prácticas enfermizas" hacia Libano. "El ataque contra la dignidad nacional de Líbano no puede quedar impune", ha añadido.

Líbano, que aún se está recuperando de la guerra civil que sufrió el país entre 1975 y 1990, ha sufrido varios percances por la guerra que vive su vecino Siria incluyendo lanzamientos de cohetes, ataques suicidas y combates aunque esta es la mayor incursión de un grupo islamista en Líbano.

Los soldados que combaten en Arsal han encontrado los cadáveres de 50 milicianos, según ha asegurado un funcionario de seguridad libanés. 14 soldados habrían resultado muertos, 22 estarían desaparecido y 86 heridos en los combates que estallaron después de que fuerzas de seguridad libanesas arrestaran a un comandante islamista sirio, Emad Jumaa, el sábado, según ha asegurado el Ejército libanés. Además alrededor de una docena de miembros de las fuerzas de seguridad habrían sido tomados como rehenes.

El Ejército ha descrito la incursión de los islamistas como un ataque largamente planeado. Las autoridades por su parte lo han descrito como un intento de extender el poder del Estado Islámico en Líbano.

Han sido numerosos los combates entre rebeldes sirios y el Ejército de Bashar al Assad en esta zona desde hace más de un año, pues se cree que alrededor de 3.000 opositores tienen su base en esta zona fronteriza entre Siria y Líbano.

PELIGRO PARA LOS REFUGIADOS

Arsal es una ciudad de mayoría suní situada en el lado libanés de la frontera entre el territorio controlado por el Gobierno sirio y las zonas chiíes libanesas que simpatizan con Hezbolá, el partido milicia chií que apoya al régimen de Al Asad.

Se calcula que más de 100.000 refugiados sirios viven en la zona de Arsal. Activistas sirios han asegurado que los campos de refugiados han sufrido graves daños por los combates.

"La situación humanitaria es muy mala. No hay un lugar seguro para los refugiados", ha declarado un activista sirio situado en la zona de los combates. "Los residentes están aterrorizados", ha apuntado. Un médico sirio en Arsal aseguró el pasado domingo que 17 civiles habían muerto.

"¿Qué estamos esperando? Nuestras casas están siendo destruidas. Dios sabe si nuestras familias siguen vivas o han muerto", ha indicado Mohamed al Fleti, un libanés de 25 años de Arsal.

La guerra en Siria ha profundizado las divisiones entre los libaneses chiíes aliados con el Gobierno de Assad y los suníes que han apoyado principalmente la sublevación contra él. Las divisiones políticas han dejado al país sin presidente desde mayo.

LÍBANO SE UNE CONTRA EL ATAQUE

Salam ha indicado que todos los partidos políticos apoyan la decisión del Ejército. Además ha pedido a Francia que acelere la entrega de armas a Líbano bajo un acuerdo de financiación saudí.

"El gobierno ha decidido movilizar a todas las instituciones oficiales y aparatos de Líbano para defender a nuestro país" ha declarado Salam.

El político suní más influyente de Líbano, el exprimer ministro Saad Hariri, ha asegurado que Arsal debe ser "liberado" de los radicales.

"No tenemos más remedio que echarlos de la ciudad. Ni las autoridades estatales, ni el resto de libaneses debemos quedarnos de brazos cruzados frente a las amenazas de estos grupos", ha indicado Hariri, un hombre que goza del apoyo de Arabia Saudí, en declaraciones al periódico 'Al Hayat'.

Hezbolá, un grupo apoyado por Irán, aseguró el domingo que respalda totalmente a los militares libaneses pues se enfrentan a, según el partido milicia, una amenaza para la "unidad, la soberanía y la estabilidad" de Líbano.

Sus fuerzas están desplegadas en la zona cerca de Arsal, y activistas sirios han asegurado que Hezbolá ha estado involucrado en los combates, aunque el grupo no lo ha confirmado.

El Gobierno sirio ha condenado los "ataques terroristas y los crímenes contra la población civil y las posiciones del Ejército libanés", y ha pedido al Ejército libanés que esté unido en "su lucha contra el terrorismo extremista", según ha informado la agencia estatal de noticias SANA.

El embajador saudí en Beirut, cuyo Gobierno apoyó la revuelta contra Al Assad, ha expresado en una reunión con el portavoz del Parlamento libanés, Nabih Berri, su "tristeza" por los acontecimientos y ha instado a los libaneses a que muestren su unidad para "salvaguardar la estabilidad, la integridad y la soberanía de su país".

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