El Frente Moro anima a los musulmanes filipinos a apoyar la ley de autonomía impulsada por Duterte

Publicado: domingo, 29 julio 2018 13:48

MANILA, 29 Jul. (Reuters/EP) -

El Frente Moro para la Liberación Islámica (FMLI) de Filipinas ha animado este domingo a los musulmanes del país a apoyar la ley de autonomía para la región de Bangsamoro que ha aprobado el presidente, Rodrigo Duterte, para facilitar el fin del conflicto armado con todas las milicias islamistas.

El FMLI, que firmó un acuerdo de paz con el Gobierno hace cuatro años, ha reunido a decenas de miles de simpatizantes procedentes de todos los rincones de la provincia meridional de Mindanao para lanzar una campaña de apoyo a la Ley Orgánica de Bangsamoro (BOL).

"Nuestro verdadero viaje hacia la autodeterminación acaba de empezar", ha dicho Mohagher Iqbal, el jefe negociador del grupo armado, en declaraciones telefónicas a Reuters.

Iqbal, ya ante sus seguidores, ha llamado a la unidad en torno al BOL porque "todavía no sabemos si algunos grupos o personas van a desafiar la nueva ley de autonomía ente el Tribunal Supremo".

Los simpatizantes del FMLI han aplaudido las palabras de Iqbal y han respondido con gritos de "sí a la BOL" y "Alá es el más grande".

Duterte ha aprobado esta semana la BOL, pero no se convertirá en norma jurídica hasta que el próximo mes de octubre sea aprobada en referéndum.

La BOL forma parte del proceso de paz con los grupos armados locales, si bien entretanto Estado Islámico, organización terrorista de alcance internacional, ha ganado adeptos en el país. El Gobierno confía en que la ley, que cuenta con gran apoyo popular, frene el avance de los yihadistas extranjeros.

La BOL crea la Región Autónoma de Bangsamoro en el Mindanao Musulmán, que comprende Mindanao y una cadena formada por decenas de pequeñas islas donde viven cinco millones de musulmanes frente claro dominio católico a nivel nacional, y le confiere poderes políticos y económicos para avanzar hacia la plena autonomía en 2022.

La autonomía de Bangsamoro ha sido una promesa tradicional de los sucesivos gobiernos filipinos para acabar con un conflicto armado de décadas que ha dejado más de 120.000 muertos y dos millones de desplazados. "Es un esperado sueño que se ha hecho realidad", ha destacado Jesus Dureza, asesor de Duterte para asuntos de paz.

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