JARTUM, 17 (Reuters/EP)
Al menos dos personas, un médico y un niño, han muerto este jueves en el marco de las manifestaciones antigubernamentales celebradas durante la jornada en Sudán, según un comité de doctores vinculados con la oposición.
Horas antes del anuncio sobre las muertes, manifestantes lanzando piedras se han enfrentado con las fuerzas de seguridad sudanesas en la capital, Jartum, en la última ronda de las protestas contra el presidente de Sudán, Omar Hassan al Bashir, que comenzaron hace un mes.
También se han registrado manifestaciones en otras tres ciudades del país en el marco de las cuatro semanas de protestas que se han convertido en el reto más persistente al control de Al Bashir desde que este asumió el poder en un golpe de Estado en 1989.
Las fuerzas de seguridad han empleado gases lacrimógenos para dispersar a los cientos de manifestantes, algunos de los cuales han lanzado piedras, en el barrio de Burri de la capital, según un testigo de Reuters.
"Seguiremos protestando hasta que caiga el Gobierno porque queremos ofrecer una vida mejor a nuestros hijos", ha señalado un profesor de 47 años que participaba en la manifestación.
Cientos de personas también se han echado a las calles en Al Qadarif, Atbara y Al Ubayyid, a lo que la Policía ha respondido con gases lacrimógenos, según testigos.
Las protestas se han extendido en Sudán desde el pasado 19 de diciembre y las fuerzas de seguridad han empleado en algunas ocasiones munición real para dispersar las manifestaciones. El balance oficial de muertos es de 24, incluidos dos miembros de las fuerzas de seguridad, pero Amnistía Internacional ha cifrado en más de 40 los fallecidos.
Las manifestaciones en Sudán contra el deterioro de la situación económica y la elevada tasa de desempleo se han sucedido desde finales de 2017. La oposición ha convocado nuevas movilizaciones para los próximos días.
Sobre Al Bashir pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio y crímenes contra la Humanidad por los presuntos abusos cometidos en la provincia de Darfur. Hasta ahora se ha librado del procesamiento al evitar su detención viajando sólo a países aliados.
