El Gobierno de coalición palestino empieza a naufragar por su parte más débil, la seguridad


CIUDAD DE GAZA, 14 May. (EUROPA PRESS) -

La reanudación de los enfrentamientos entre Hamás y Al Fatá ha abierto la primera vía de agua importante en el Gobierno de coalición palestino, anunciado a bombo y platillo el pasado mes de marzo como forma de acabar con las luchas entre facciones y que, de momento, ha empezado a resquebrajarse con la dimisión del ministro del Interior, Hani Kawasmeh, precisamente el departamento cuya titularidad más atrasó en su momento la conformación del Ejecutivo.

El primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, aceptó hoy la dimisión de Hani Kawasmeh, quien ya había presentado su renuncia al cargo hacía dos semanas en protesta por el deterioro de la seguridad y que finalmente se ha negado a seguir al frente de un Gobierno que había sido incapaz de aplicar su propio plan de seguridad para imponer el orden en Gaza.

En estas dos semanas, Haniyeh había intentado persuadirle para que continuara en el cargo, pero el detonante definitivo de su dimisión han sido los últimos enfrentamientos entre las milicias del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) --actualmente en el Gobierno-- y Al Fatá --el partido del presidente palestino, Mahmud Abbas-- en la Ciudad de Gaza, que han causado seis muertos en las últimas 24 horas.

La salida de Kawasmeh pone realmente en peligro la continuidad del Gobierno, formado en marzo por Al Fatá y Hamás con el objetivo expreso de poner fin a meses de enfrentamientos entre las milicias de ambas formaciones. De hecho, las dos partes habían visto en Kawasmeh a un candidato de compromiso idóneo para dirigir el Ministerio del Interior.

"Ismael Haniyeh ha aceptado la dimisión del ministro del Interior y este asunto será debatido hoy en la reunión del Gabinete", declaró hoy el portavoz del Gobierno, Mustafá Barghuti. Fuentes oficiales han dado a entender que Haniyeh podría asumir el control del Ministerio del Interior de forma interina, mientras se busca un sustituto para Kawasmeh.

EL CONTROL DE LA SEGURIDAD

El acuerdo para la creación del actual Gobierno, firmado en Arabia Saudí, había sembrado la esperanza de que se acabaría con los enfrentamientos entre facciones. Lo cierto es que en este periodo los combates entre las milicias de Hamás y Al Fatá habían disminuido sensiblemente, pero la zona no ha dejado de sufrir las acciones de las familias mafiosas y de los grupos criminales, con la consiguiente plaga de secuestros, robos de automóviles y ataques contra extranjeros o cibercafés.

Kawasmeh había propuesto recientemente un plan de seguridad para restaurar en orden en la Franja de Gaza, pero el proyecto, que proponía reformas y un nuevo sistema de coordinación entre las numerosas fuerzas palestinas de seguridad, nunca se había hecho realidad.

El problema remite directamente a uno de los grandes caballos de batalla de la Autoridad Palestina, el control de un Ministerio del Interior que ha sido el principal punto de fricción entre Al Fatá y Hamás por su papel como coordinador y supervisor de las varias fuerzas de seguridad palestinas.

En la actualidad, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, controla las principales fuerzas de seguridad que no están bajo supervisión del Ministerio, y su partido, Al Fatá, se ha mostrado muy remiso a ceder ni una sola parcela de poder, ni siquiera tras perder las elecciones parlamentarias de enero 2006.

LOS ENFRENTAMIENTOS

Un total de seis personas han muerto y 52 han resultado heridas en los enfrentamientos que estallaron ayer, según informó el Ministerio palestino de Sanidad. Se trata de los enfrentamientos más graves desde que se constituyó el Gobierno. El recrudecimiento de la tensión se ha producido después de que la semana pasada fueran desplegados en la Franja de Gaza hasta 3.000 agentes de seguridad próximos a Al Fatá, con las consiguientes protestas por parte del partido de Haniyeh, Hamás.

La situación pareció mejorar ligeramente anoche, después de que la delegación de seguridad egipcia destinada en Gaza consiguiera reunir a las dos partes y alcanzar el compromiso de ambas para retirar sus fuerzas de las calles e intercambiar prisioneros --catorce retenidos por Al Fatá y seis por Hamás--, según informaron esta mañana portavoces de Hamás y Al Fatá.

No obstante, horas después del acuerdo Al Fatá denunció que Hamás había atacado una de sus oficinas en el norte de Gaza con armas automáticas y granadas de mano, y Hamás acusó a Al Fatá de atacar un puesto de control de carretera instalado por sus milicias.

Según fuentes médicas, dos milicianos de Al Fatá murieron y otras diez personas, de las dos partes, resultaron heridas. Estas víctimas se unen a los cuatro palestinos --dos de Hamás y dos de Al Fatá-- muertos en los enfrentamientos de ayer en la Franja de Gaza.

Poco después de conocerse la dimisión del ministro del Interior estalló un nuevo tiroteo en la Ciudad de Gaza entre las milicias de Hamás y Al Fatá. El enfrentamiento comenzó cerca de la sede de la Seguridad Nacional, próxima a Al Fatá. Un grupo de miembros enmascarados de esta unidad habían tomado posiciones en los alrededores del edificio poco antes de que comenzaran los disparos. No se ha informado de momento de heridos.

PRÓXIMA OPERACIÓN ISRAELÍ

En estas circunstancias, el Gabinete de Seguridad de Israel decidió ayer el próximo lanzamiento de una importante operación militar en la Franja de Gaza a fin de responder a la intensificación del lanzamiento de cohetes por parte de las milicias palestinas contra territorio israelí y después de que el Ejército israelí asegurara que Hamás está recopilando armas dentro de la Franja de Gaza.

Aparte, el Ejército ha sido autorizado para efectuar ataques contra los grupos responsables de los lanzamientos de cohetes, según declaró el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz. Israel retiró sus fuerzas de la Franja de Gaza en 2005 tras 38 años de ocupación, lo que no impidió una vasta operación militar el pasado verano en respuesta al secuestro, aún pendiente de solución, del soldado israelí Gilad Shalit por parte de grupos armados próximos a Hamás.

"La decisión de entrar en Gaza, de ocupar Gaza, es una de las varias que seguramente adoptemos en su momento, pero antes debemos analizar su alcance", afirmó Peretz a la radio pública de Israel.