El Gobierno italiano reitera que no hará ninguna regularización masiva de inmigrantes

Reuters
Actualizado: martes, 5 agosto 2008 21:11


ROMA, 5 Ago. (EUROPA PRESS/G. Moreno) -

El Gobierno italiano no realizará "ninguna regularización generalizada" de inmigrantes, según reiteró hoy el ministro de Interior, Roberto Maroni. En su lugar, el Ejecutivo pondrá en marcha el habitual y limitado proceso de regularización, del que se beneficiarán un máximo de 170.000 'sin papeles' antes de que termine el año, según anticipó el subsecretario del Consejo de Ministros, Carlo Giovanardi, al diario 'La Repubblica'.

Desde que subió al poder, el Gobierno que dirige Silvio Berlusconi ha demostrado su mano dura para frenar la inmigración clandestina, y lo ha hecho con la aplicación de numerosas medidas que buscan acelerar las expulsiones y dificultar la permanencia de los extranjeros que carecen de medios económicos en Italia.

Sin embargo, en materia de regularización, seguirá la misma línea que el Gobierno de Romano Prodi, que también limitó el procedimiento a 170.000 personas a través del denominado 'decreto de flujos', cuyo objetivo es fijar la cuota anual de extracomunitarios que pueden entrar en Italia por motivos de trabajo.

Para los inmigrantes que no tienen los papeles en regla, ésta es la única posibilidad de que disponen para salir de la clandestinidad. A lo largo del año, ya han pedido la regularización más de 740.000 personas.

UNOS 3.000 'SIN PAPELES' MÁS EN DIEZ DÍAS

Entretanto, el número de inmigrantes que entra en el país de modo ilegal sigue creciendo. Hoy mismo, cerca de un centenar de ellos arribaron a la isla de Lampedusa (sur de Italia) a bordo de dos embarcaciones distintas.

El buen tiempo y el mar tranquilo están favoreciendo la llegada de barcas a las costas del sur de Italia, sobre todo al archipiélago siciliano y, de modo particular, a la isla de Lampedusa, cuyo centro de acogida para inimigrantes está colapsado desde hace días. La mayoría de estas travesías parte de las costas libias, dada su cercanía.

La Guardia de Finanza presentó ayer un informe según el cual, sólo en esta pequeña isla de 20 kilómetros cuadrados han desembarcado 3.000 inmigrantes en los últimos diez días. En lo que va de año, en cambio, la cifra asciende a 12.500.

Precisamente la semana pasada, el ministro Maroni advirtió que durante los seis primeros meses de 2008 los nuevos arribos doblaron los registrados en el mismo periodo del año anterior y que, de confirmarse esta tendencia, Italia podría terminar el año con alrededor de 30.000 nuevos 'sin papeles'.

Maroni justificó así la decisión tomada por el Gobierno de centro-derecha que dirige Silvio Berlusconi, que hace dos semanas declaró el estado de emergencia en todo el territorio nacional ante la llegada masiva de inmigrantes.

Según el ministro, lo único que el Gobierno ha querido hacer es dar una respuesta a la "presión excepcional" que se deriva de esta situación.

Ayer mismo, el alcalde de Lampedusa, Bernardino De Rubeis, denunció que los militares italianos que cada día socorren a los inmigrantes se han convertido en los "taxistas" de los traficantes.

LA OPOSICIÓN ACUSA: NUNCA TANTOS DESEMBARCOS

Sin embargo, desde el principal partido de la oposición, el Partido Democrático, las cosas se ven de otra manera. El senador Enzo Bianco, por ejemplo, subrayó que "nunca se habían registrado tantos desembarcos en Lampedusa como hasta ahora".

"Quizá alquien pensaba que bastaba exhibir los músculos y lanzar amenazas de nuevos delitos, como el de la inmigración clandestina, para resolver el problema. En cambio, no ha sido así", denunció.

Además de las críticas de la oposición, el Gobierno Berlusconi ha llamado la atención incluso del Consejo de Europa, que la semana pasada se sumó a las críticas ya realizadas desde la Unión Europea por las nuevas medidas aprobadas para combatir la inmigración ilegal, advirtiendo de que éstas podrían desatar una escalada de racismo entre la población.

Por esta razón, el Ejecutivo escuchará la opinión de la Comisión Europea antes de aprobar el próximo paquete de medidas, en el que se incluyen nuevas normas sobre la concesión de asilo político, el reconocimiento de la condición de refugiado y el reagrupamiento familiar.

3.000 MILITARES EN LAS CALLES

No cesa, en cambio, la demostración de fuerza, después del despliegue de 3.000 militares en las calles. La medida, que empezó a ser aplicada ayer, prevé el destacamiento de un millar de soldados en las zonas que registran los índices más elevados de criminalidad, mientras que otro millar supervisará los centros temporales de permanencia para inmigrantes y sus alrededores.

Los mil restantes patrullarán las calles de las nueve ciudades italianas consideradas más vulnerables --Roma, Milán, Nápoles, Bari, Palermo, Catania, Turín, Verona y Padua--. Una vez pasados seis meses, el Gobierno analizará los resultados y valorará la posibilidad de ampliarlo a otras localidades. En la misma línea, Maroni aprobó hoy una nueva normativa que concederá más poderes en materia de seguridad a los alcaldes.