El primer ministro y el jefe del Ejército continúan secuestrados y el líder de la revuelta ha asumido la jefatura de las Fuerzas Armadas
MADRID, 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La alta comisionada de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton, ha condenado la "inaceptable ruptura del orden constitucional" en Guinea-Bissau, donde un grupo de militares amotinados secuestró ayer jueves al primer ministro y al jefe del Ejército, y el presidente de la Comisión de la Unión Africana. Jean Ping, ha expresado su "preocupación" por los acontecimientos y ha exigido que se "respete el ordenamiento republicano". Entretanto, los dos dirigentes continúan secuestrados y el lider de la revuelta, António Indjai, ha asumido unilateralmente la jefatura de las Fuerzas Armadas.
En un comunicado, Ashton condenó anoche la "inaceptable ruptura del orden constitucional" y afirmó que "la Unión Europea pide el fin inmediato de los comportamientos irresponsables y el pleno respeto de las reglas democráticas elementales". Por su parte, Ping aseguró que seguía "con profunda preocupación las acciones llevadas a cabo por elementos de las Fuerzas Armadas contra personalidades del Gobierno y las instituciones de Guinea-Bissau" y exigió que se "respete el ordenamiento republicano". Francia también ha condenado el "golpe de Estado" perpetrado en Gunea-Bissau y Estados Unidos ha reclamado la vuelta al "orden constitucional".
Un grupo de militares encabezado por el subjefe del Estado Mayor, António Indjai, asaltó ayer la oficina del primer ministro y secuestró al jefe del Ejecutivo, Carlos Gomes Júnior, tras lo cual se dirigió al cuartel general de las Fuerzas Armadas, donde detuvo al jefe del Estado Mayor, Zamora Induta.
Según la televisión pública portuguesa (RTP), pocos minutos después otro grupo invadió la sede de Naciones Unidas en Bissau y se llevó consigo al anterior jefe de la Armada, el contraalmirante José Américo Bubo Na Tchuto, quien se encontraba refugiado en el edificio desde hacía 94 días tras protagonizar un anterior intento de golpe de Estado.
Cerca de una hora más tarde, Gomes Júnior fue reconducido a su oficina, donde se habían reunido algunos miembros del Gobierno y del Ejército. Al parecer, los militares reclamaron la renuncia de Gomes, pero éste se negó. Según informaron fuentes locales a la agencia misionera de noticias MISNA, Gomes se encuentra retenido en su residencia privada de Bissau, rodeada por militares que impiden el acceso a ninguna persona que carezca de un permiso especial.
"DISCREPANCIAS EN EL SENO DEL EJÉRCITO"
Quien sí ha podido acceder y entrevistarse con él es el presidente del país, Malam Bacai Sanha. Ambos pertenecen al Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), una formación que controla el poder desde que Guinea-Bissau obtuvo la independencia de Portugal, en 1974.
Respecto a los posibles motivos del golpe de Estado, el presidente Sanha --quien ha llamado a la calma-- ha atribuido la acción de los militares a "discrepancias en el seno del Ejército que han afectado al Gobierno". Al respecto, MISNA ha recordado que en el Ejército guineano hay fuertes diferencias internas, puestas de relieve en el último golpe militar exitoso hasta la fecha, el de 2003, y en el asesinato, hace un año, del entonces jefe del Estado Mayor, Batista Tagme Na Waie.
Zamora Induta se encuentra detenido en la base aérea de Bissalanca, a pocos kilómetros de la capital. "La situación parece estar bajo el control del subjefe del Estado Mayor, António Indjai: en Bissau nadie habla de golpe, pero la sensación es ésta", indicó Radio Sol Mansi, citada por MISNA. Entretanto, cientos de personas tomaron ayer las calles de la capital para expresar su apoyo a Gomes Júnior y el propio Indjai advirtió, en rueda de prensa, de que sus soldados matarían al primer ministro si no cesaban las manifestaciones.
Cuando se celebró la rueda de prensa, António Indjai ya había asumido unilateralmente el cargo de Zamora. A su lado se encontraba Bubo Na Tchuto, quien confirmó que Zamora estaba detenido y garantizó que los dos secuestrados iban a responder ante los tribunales por "los males que hicieron contra sus propios camaradas", según informó el diario portugués 'Jornal de Notícias'. "Si no abandonan las calles, vamos a hacer barbaridades", advirtió.
