Critica la "hipocresía" del Gobierno por criticar la foto de las Azores y luego reunirse con "dictadores y ministrillos bananeros"
MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio consideró hoy "repugnante" la actitud del Ejecutivo español, entre otras cosas, por su decisión de recibir esta tarde en la Moncloa al primer ministro ecuatoguineano, Ignacio Milan Tang.
En este sentido, afirmó en un comunicado que "España sigue jugando las cartas" que desde que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero "llegó al poder le han servido para congraciarse con dictadores y caudillos", en referencia al presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, que ocupa el cargo desde el golpe de Estado que dio en 1979.
El Gobierno en el Exilio acusó al ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, de, "sin perder un solo minuto y pese a no estar previsto en agenda", haber logrado que el primer ministro ecuatoguineano "sea recibido hoy de urgencia en la Moncloa".
De esta manera --prosiguió--, Zapatero, quien recibirá a Milan Tang, "con un solo gesto pone a España a los pies del dictador" dejando que éste "se limpie la suela de los zapatos en la Moncloa, símbolo de las libertades que tanto sudor, tanto esfuerzo y tanta sangre han costado a los ciudadanos españoles".
Por ello, el Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio condenó "enérgicamente" la visita oficial de Milan Tang, la cual describió como un "nuevo ejemplo de la rendición de España a la política de caudillo de Obiang Nguema" y una "falta de respeto" a la Constitución española y a la carta universal de los Derechos Humanos.
A su juicio, la decisión del Gobierno español de recibir a las autoridades ecuatoguineanas "significa un claro reconocimiento a la política de pistoleros de Obiang Nguema por parte de un Gobierno que cada día que es menos democrático y menos independiente".
ACTITUD HIPÓCRITA
Asimismo, el Gobierno en el Exilio criticó "el servilismo de Moratinos" y la hipocresía de un "supuesto Gobierno progresista que es capaz de criticar la guerra de Irak y la foto de las Azores" y al mismo tiempo "se reúne, se fotografía y se sonríe con dictadores y ministrillos bananeros bajo sospecha de asesinatos y violaciones de los Derechos Humanos".
"La antigua Metrópoli quiere marcar el camino de la indignidad y la hipocresía. España ha perdido el norte, y por supuesto, el respeto de los guineanos que vivimos exiliados en este país, antes amigo y ahora enemigo nuestro", agregó.
En marzo de 2004, Obiang aseguró que existía un complot para derrocarle en el que estaban involucrados los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido y España, pero en noviembre de 2006 visitó España, donde fue recibido por Zapatero.
En esta nueva visita oficial, el Gobierno en el Exilio pronosticó que a Milan Tang "no se le pedirán explicaciones acerca de los presos políticos, ni de la corrupción de su Gobierno, ni acerca de la reciente acusación de blanqueo de dinero". "Suponemos que dicha recepción transcurrirá dentro de los cauces de la cordialidad", indicó.
Sin embargo, el comunicado, en el que se acusa al Ejecutivo español de preferir "petróleo a cambio de vidas humanas", recuerda que "Guinea Ecuatorial no es solo Obiang" y advierte de que "el doble rasero de la política española no dejará de pasar factura" a los gobernantes.
En este contexto, el Gobierno en el Exilio señaló que "Obiang no va a durar siempre, y en un cercano futuro democrático para Guinea, España tendrá que pedir muchas disculpas y dar muchas explicaciones para tener relaciones viables con el nuevo Gobierno que, más temprano que tarde", llegará al poder en este país africano.
