HRW habla de "importante primer paso" tras reconocer Camerún la autoría del Ejército en una matanza de civiles

El presidente de Camerún, Paul Biya
El presidente de Camerún, Paul Biya - PRESIDENCIA DE CAMERÚN - Archivo
Publicado: viernes, 24 abril 2020 22:03

Recalca que el informe investigador "no debe ser una acción solitaria"

MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha descrito este viernes como "un importante primer paso" la investigación de las autoridades cameruneses sobre una matanza de civiles cometida en febrero en una de las regiones de mayoría anglófona de Camerún, tras la que se ha confirmado la responsabilidad del Ejército.

"Las conclusiones de la comisión en torno a la masacre de Ngarbuh, si bien tienen fallos, son un importante primer paso hacia la justicia por estos graves crímenes", ha dicho el director de HRW para África Central, Lewis Mudge.

Así, ha defendido que "este informe no debe ser una acción solitaria" y ha destacado que "se necesita una investigación en mayor profundidad para determinar una línea temporal clara de los acontecimientos e identificar a todos los responsables, incluidos los que están más arriba en la cadena de mando, para juzgarlos".

HRW ha resaltado además que la masacre en Ngarbuh "no es un caso aislado, sino parte de un patrón más amplio de graves violaciones de los Derechos Humanos por parte de las fuerzas de seguridad camerunesas" en las regiones de mayoría anglófona.

Por otra parte, ha recordado que sus investigaciones sobre esta matanza, que incluyeron declaraciones de testigos y residentes, apuntan a que no hubo un enfrentamiento entre separatistas armados y fuerzas de seguridad, sino que se trataron unos asesinatos en castigo por la supuesta colaboración de los civiles con los milicianos.

Pese a ello, Mudge ha expresado su deseo de que "la decisión del Gobierno de publicar las conclusiones de la comisión sea una señal del fin de las negativas y las prácticas para esconder la verdad en torno a los abusos".

"Somos optimistas sobre la posibilidad de que esto suponga una apertura para trabajar con el Gobierno como un colaborador independiente para poner fin a los abusos cometidos tanto por actores estatales como no estatales", ha remachado.

El comunicado de la ONG ha sido publicado dos días después de que la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidiera una "rendición total de cuentas" por la matanza.

De esta forma, arguyó que "ahora es esencial que todos los responsables por la muerte de personas en la localidad de Ngarbuh rindan cuentas totalmente en un proceso judicial justo y transparente".

"Como hice en febrero cuando este trágico incidente salió a la luz, pido al Gobierno que garantice que las fuerzas de seguridad se ciñen a las leyes y estándares internacionales aplicables cuando lleven a cabo sus operaciones", añadió.

Por último, Bachelet incidió en que "todas las acusaciones sobre violaciones y abusos de los Derechos Humanos deben ser rápidamente investigadas y se deben tomar medidas para combatir la impunidad y evitar que se repitan".

LA INVESTIGACIÓN

La Presidencia camerunesa desveló las conclusiones de la investigación en un comunicado publicado el martes, en el que afirmó además que los responsables de la matanza provocaron varios incendios en Ngarbuh para intentar ocultar las pruebas de sus actos.

Así, explicó que el suceso tuvo lugar durante una operación contra separatistas armados en la que un grupo integrado por militares y 'vigilantes' lanzó un ataque que derivó en un enfrentamiento en el que murieron cinco supuestos terroristas, tres mujeres adultas y diez niños.

"Movidos por el pánico, los tres militares, con la ayuda de algunos miembros del comité de vigilantes, intentaron ocultar los hechos provocando incendios", dijo, antes de agregar que el hombre al frente de la operación "presentó un informe deliberadamente sesgado a sus superiores, sobre el que el Gobierno fundamentó su primer comunicado".

Por ello, responsabilizó a un militar, un gendarme y diez 'vigilantes' de participar en el asesinato de civiles y la quema deliberada de casas y desveló que el presidente, Paul Biya, ha ordenado "medidas disciplinarias" y arrestos.

El mandatario ordenó además "la exhumación de los cadáveres de las víctimas para darles un entierro decente a cargo del Estado y que se establezcan las pruebas necesarias para conocer la verdad" y la "identificación de los denunciantes legítimos para el pago de compensaciones e indemnizaciones apropiadas".

LA VERSIÓN INICIAL

En un primer momento, el Ministerio de Defensa camerunés afirmó que se había tratado "simplemente" de un "accidente desgraciado, consecuencia colateral de las operaciones de seguridad en curso en la región".

Así, explicó que un grupo de cuatro soldados y dos gendarmes se acercó a la localidad de Ngarbuh para realizar un "reconocimiento nocturno" y fue recibido con disparos. Como resultado de su respuesta, los efectivos abatieron a "siete terroristas".

Los combates continuaron hasta que se produjo la explosión de varios contenedores de combustible, lo que desató un potente incendio que arrasó varias viviendas cercanas, saldándose con cinco muertos --una mujer y cuatro niños--, "lejos de los balances que circulan en redes sociales". Esta versión fue puesta en duda desde la ONU y varias ONG.

Lo que en 2016 empezaron siendo protestas pacíficas de los habitantes de estas regiones, otrora colonias británicas pero que decidieron unirse al Camerún francés, por su supuesta marginación por parte del Gobierno central, derivó en una dura represión a raíz de la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.

Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos, han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.

El conflicto ha dejado ya unos 3.000 muertos. Según Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hay ya 60.000 refugiados cameruneses en Nigeria, mientras que otros 679.000 se han visto desplazados dentro del país.

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