NUEVA YORK, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, agradeció hoy a los países árabes su tradicional generosidad con las personas desplazadas de sus hogares, si bien les emplazó a adoptar un papel más activo respecto a los refugiados desplazados iraquíes.
"Es importante reconocer la extrema generosidad de Jordania y Siria, que en gran medida han tenido que afrontar la crisis (de los desplazados) en solitario gracias a una falta de apoyo eficaz por parte de la comunidad internacional", incidió, añadiendo su falta de escrúpulo para "reconocer que ACNUR misma no ha hecho lo suficiente", para paliar la problemática.
"Dos países vecinos, Jordania y Siria, han tenido que soportar la mayor parte de la carga humanitaria, con más de un millón de iraquíes en la actualidad (refugiados) en Siria y hasta 750.000 en Jordania", reconoció.
"Mirando atrás en la historia, la línea más directa entre la tradición y la legislación contemporánea sobre refugiados se encuentra en el Islam", incidió Guterres ante el Consejo de ministros de Asuntos Exteriores de los Estados miembro de la Liga Árabe (LA), reunidos en El Cairo, al tiempo que destacó que la mayoría de los refugiados en la actualidad en todo el mundo son musulmanes.
Guterres hizo hincapié en que la alarmante crisis relativa al elevado número de refugiados iraquíes ha supuesto un gran esfuerzo para países vecinos como Jordania o Siria que juntos suman cerca de 1,75 millones de iraquíes refugiados, "la mayor crisis de desplazados en Oriente Próximo desde los dramáticos eventos", recabó en alusión a la independencia de Israel en 1948, cuando ocho millones de iraquíes fueron desplazados de sus hogares.
Además, recordó que otros "cerca de 1,8 millones de iraquíes se encuentran en la actualidad desplazados internamente y hasta 2 millones más han huido del país". "Sólo el año pasado, estimamos que cerca de 500.000 iraquíes se movieron a otras zonas dentro del país", lamentó, con una media de desplazamientos internos registrados en torno a los 50.000 mensuales.
A pesar de subrayar los esfuerzos de ACNUR en Irak y en la región, tildó su actividad humanitaria de "gota en un océano", capaz sólo de abordar "los síntomas" y no atacar la enfermedad, por lo que emplazó a los países vecinos y a la comunidad internacional a continuar con sus esfuerzos para acoger a los desplazados iraquíes y a compartir juntos la carga humanitaria.
En este sentido, anunció la celebración de una Conferencia Internacional sobre la ayuda humanitaria a los desplazados iraquíes los próximos 17 y 18 de abril en la ciudad suiza de Ginebra.
Por otra parte, lamentó que "incluso en las más sociedades más desarrolladas" se experimenta una "reaparición de racismo, xenofobia, y aquel tipo de populismo que siempre intenta generar confusión en la opinión pública respecto a refugiados, inmigrantes e incluso terroristas" e instó a dejar claro que "los refugiados no son terroristas, son las primeras víctimas del terror".
"Las mismas actitudes han generado deformaciones extendidas sobre el Islam", destacó, mientras constató que "los refugiados musulmanes han sido frecuentemente las víctimas" de ello, algo que, subrayó "ACNUR no puede aceptar", por ser dijo, su obligación "responder y luchar contra estas actitudes y hacer relucir la verdad".
