BAGDAD, 4 May. (EP/AP) -
Cientos de chiíes se manifestaron hoy en las calles de Basora y Nayaf, dos ciudades al sur de la capital, en protesta por lo que consideran "insultos" de la cadena de televisión árabe Al Yazira al ayatolá Ali al Sistaní, máximo líder espiritual de los musulmanes chiíes en Irak, después de que Ahmed Mansour --el presentador egipcio de la cadena-- cuestionara el liderazgo del ayatolá y la autoría real de sus edictos.
En las manifestaciones en una y otra ciudad, que se celebraron poco después de finalizar la oración de los viernes, se desplegaron pancartas de condena a la cadena y Qatar, sede de la cadena, mientras que otros carteles en la marcha de Basora, a la que acudieron 1.000 fieles chiíes, leían "Sí a Al Sistaní".
Mientras que en la marcha celebrada en Basora los manifestantes se congregaron frente a la sede del mayor partido chií --el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak--, muy vinculado al ayatolá Al Sistaní, en Nayaf --donde reside el ayatolá--, varios cientos de manifestantes se reunieron en el barrio antiguo de la ciudad para expresar su solidaridad con el clérigo.
"Hoy quemamos Al Jazira", coreaban los manifestantes en Nayaf con carteles con el rostro del ayatolá, mientras que otros pedían querellarse con el canal de televisión, cuyas emisiones en Irak están prohibidas desde 2004.
Por su parte, el jefe editor de Al Yazira, Ahmed al-Sheik, declaró a AP desde Doha, la capital de Qatar, que "no hubo una ofensa dirigida a Al Sistaní", al tiempo que subrayó que la cadena "no aprueba que se ofenda a nadie". "Guardamos el mayor respeto y aprecio para todos los líderes religiosos y especialmente para Al Sistaní", agregó.
A pesar de que el ayatolá no se ha pronunciado al respecto, un representante suyo en la ciudad santa de Kerbala, el jeque Abdul-Mahdi al-Karbalai denunció ante sus fieles en la mezquita del imán Husein que Al Yazira está intentando dividir a los seguidores del clérigo sugerir que éste apoya a las fuerzas de "ocupación" extranjeras, lo que consideró "un escándalo contra nuestros líderes religiosos para minar su autoridad espiritual a ojos de la sociedad iraquí".
