Irak-Condenado a 3 meses de trabajo forzado un soldado de EEUU porque su perro ladró en la cara a un preso de Abu Ghraib

Actualizado: viernes, 2 junio 2006 20:29

FORT MEADE (ESTADOS UNIDOS), 2 Jun. (EP/AP) -

Un jurado militar sentenció hoy a un soldado estadounidense a 90 días de trabajos forzados y a una reducción de rango por permitir al perro que llevaba, un pastor belga, ladrar a un detenido iraquí de la prisión de Abu Ghraib en la cara de este, sin separación entre el animal y el preso.

El sargento Santos A. Cardona se convierte así en el onceavo soldado estadounidense condenado por abuso sobre los reclusos de la cárcel iraquí cometidos entre finales de 2003 y principios de 2004.

En este caso se declaró al sargento culpable de los cargos de abandono de sus tareas y asalto agravado por permitir al perro de vigilancia que llevaba ladrar en la cara al detenido cuando este se encontraba arrodillado a petición de otro soldado que no era un interrogador.

Sin embargo el jurado le declaró inocente de otros cargos, incluido el de permitir a su perro morder a un detenido y conspirar con otro soldado que también llevaba un perro para asustar a los prisioneros como un entretenimiento.

No está claro donde cumplirá Carmona su condena o qué tipo de trabajos deberá realizar. No permanecerá recluido durante los tres meses de sentencia. Su rango a sido reducido a especialista y la corte le ordenó abonar una multa de 600 dólares al mes durante el próximo año.

"No se le ha eximido de todos los cargos" dijo el abogado civil de Cardona, Harvey Volze "pero está bastante bien", afirmó. El fiscal, Matthew Miller había pedido 12 meses de confinamiento y baja por mala conducta.

Sin embargo, el abogado militar de Carmona, Kirsten M. Mayer, aseguró que Miller había exagerado las circunstancias y puntualizó que sólo es un soldado que "dejó a su perro acercarse demasiado a un detenido y el pero ladró".

Pese a que ninguna de las ofensas sucedió durante interrogatorios, la defensa de Cardona se centró en las políticas de interrogación y presentó tres memorias elaboradas por el entonces comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, Ricardo S. Sánchez.

Las memorias autorizaron ciertas técnicas durante interrogatorios, incluidas las posturas estresantes, la privación del sueño, o la presencia de perros en Abu Ghraib, aunque sólo bajo autorización escrita.