Irak.- Líderes chiíes fracasan en su intento de designar hoy al próximo primer ministro

Actualizado: sábado, 11 febrero 2006 23:27

BAGDAD, 11 Feb. (EP/AP) -

Líderes chiíes fracasaron hoy en su intento de superar sus diferencias y postergaron la decisión de designar al próximo primer ministro, casi dos meses después de la celebración de elecciones nacionales.

Los 128 miembros de la alianza chií que ganó más escaños en los comicios del 15 de diciembre se reunieron hoy en Bagdad para elegir a su candidato a primer ministro.

Pero la votación fue postergada un día a petición de la facción del clérigo fundamentalista Muqtada al-Sadr, debido a diferencias con otro grupo, informaron chiíes que asistieron a la reunión. Fuentes chiíes, que pidieron no ser identificados, dijeron que la facción de Al-Sadr parecía inclinarse en favor del primer ministro Ibrahim al-Jaafari para liderar el nuevo Gobierno.

Pero otro grupo chií, Fadhila, parecía favorecer a otro candidato, y los lugartenientes de Al-Sadr pidieron que les dieran algunas horas para discutir la situación antes de someter el tema a votación, dijeron los funcionarios.

Esto podría fortalecer la posición de otro importante candidato, el vicepresidente Adil Abdul-Mahdi, un ex ministro de Finanzas respaldado por el Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak.

La elección de la alianza asegura la nominación de un primer ministro, pues los chiíes obtuvieron la mayor cantidad de escaños. Sin embargo, la alianza está formada por diferentes partidos y facciones chiíes.

Dentro de la alianza, el Consejo Supremo, liderado por Abdul-Aziz al-Hakim, y la organización Badr, tienen conjuntamente 30 escaños. Al-Sadr y una organización aliada controlan otras 30 bancas, y las dos alas del partido Dawa de Al Jaafari cuentan con 25. El resto es compartido por Fahdila y sectores independientes.

El ganador necesita una simple mayoría entre los 128 parlamentarios. La elección de un primer ministro y la formación de un Gobierno son pasos claves del proceso político iraquí, que la comunidad internacional y la población local esperan conduzcan a la finalización de la violencia y a un mejoramiento de la calidad de vida de los 27 millones de habitantes del país.