MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores serbio, Vuk Jeremic, consideró hoy que la misión que la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) tiene en Kosovo "deja mucho que desear" y reprochó a la 'troika' el que el proceso de negociación que las partes están llevando a cabo bajo sus auspicios sólo ha contribuido a "reforzar las diferencias" en lugar de "superarlas".
Según el ministro serbio, que participó esta tarde en el consejo ministerial de la OSCE que se celebra en Madrid, esta organización puede desempeñar "un papel único en ayudar a resolver los conflictos regionales, gestionar crisis y reconstruir sociedades". En el caso de Kosovo, precisó, los Estados que participan en la misión "han invertido grandes esfuerzos y recursos para instaurar la paz, la estabilidad y la seguridad en la fracturada sociedad kosovar".
"Desgraciadamente, el trabajo de la mayor misión sobre el terreno de la OSCE deja mucho que desear", lamentó Jeremic, que incidió en que el objetivo de crear "un entorno sostenible" debe aplicarse a "todos los residentes de la provincia" y en que existe un "compromiso insuficiente en asistir al proceso vital del regreso de un gran número de desplazados internos y avanzar en los esfuerzos de reconciliación".
Asimismo, denunció falta de colaboración con el Gobierno serbio "lo que nos lleva a reclamar que la Misión de la OSCE en Kosovo reevalúe sus métodos y sus tácticas". Tras reconocer que el mantenimiento de esta misión es uno de "los grandes retos de la OSCE", subrayó que hace falta dar "más énfasis" al cumplimiento del "derecho internacional" y de las resoluciones de la ONU.
Por otra parte, reiteró la "dedicación" de Serbia a seguir buscando de forma constructiva "una solución mutuamente aceptable y negociada al estatus futuro de Kosovo fomentando valores como la paciencia, el diálogo, la cooperación, la construcción de consensos, y el compromiso".
CRITICAS A LA TROIKA
En este sentido, lamentó que el proceso de negociaciones facilitado por la 'troika' --Estados Unidos, Rusia y Unión Europea-- "se ha convertido últimamente en un diálogo que ha reforzado las diferencias entre Belgrado y Prístina en lugar de servir como foro para superarlas". Como resultado de ello, resaltó Jeremic, "se ha creado un 'impás' que amenaza los logros democráticos alcanzados en la región desde la caída del régimen de Slobodan Milosevic".
Esto se debe, explicó el ministro serbio, a que la fecha del 10 de diciembre --cuando la troika presentará su informe al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon-- se ha fijado como "una fecha límite". "Algunos participantes claves en el proceso están diciendo a Belgrado y Prístina que la independencia de Kosovo será impuesta si no se logra un acuerdo para entonces", añadió, subrayando que "esto sólo ha exacerbado la situación ya que promueve sólo los intereses de una parte: los albano-kosovares".
Esto ha tenido como resultado, prosiguió, que "los albano-kosovares secesionistas tengan pocos incentivos para negociar con nosotros de buena fe" puesto que saben que "todo lo que tienen que hacer es sentarse, parecer comprometidos, esperar la campaña y contar los días para la imposición de la independencia".
Según Jeremic, se están produciendo "intentos " dentro de la OSCE para "establecer un precedente" de "partir a la fuerza a Serbia, que es a lo que equivale la imposición de la independencia" de Kosovo.
En este sentido, dijo que Serbia está dispuesta a "redefinir el significado del 10 de diciembre, afirmando que no hay nada más importante que alcanzar un acuerdo aceptable para todos". Como resultado de ello, agregó, "se podría crear un entorno, por primera vez desde que comenzó el proceso, en el que pudiera elaborarse un acuerdo histórico".
