Líbano/Israel.- Dos cohetes lanzados desde Líbano caen sobre Haifa sin causar heridos

Actualizado: jueves, 13 julio 2006 22:39

NAHARIYA (ISRAEL), 13 Jul. (EP/AP) -

Dos cohetes lanzados desde Líbano por presuntos milicianos de Hezbolá cayeron hoy sobre la localidad de Haifa, en el noroeste de Israel, sin que ninguna persona resultase herida, según informaron las autoridades hebreas.

Se trata de la primera vez que cohetes lanzados desde el país vecino llegan tan al interior de Israel. Haifa, bañada por el mar Mediterráneo, es la tercera ciudad más poblada de Israel con unos 300.000 habitantes. El ataque alcanzó el barrio de Stella Maris, una popular zona entre los turistas cristianos que está repleta de restaurantes, un monasterio y una iglesia.

La milicia chií libanesa había amenazado hoy con atacar con cohetes Haifa y sus alrededores si Israel hacía lo propio con Beirut y su periferia sur.

Sin embargo, Hezbolá negó tener cualquier implicación en los cohetes caídos en esta ciudad portuaria. Uno de los líderes de la milicia, Seik Naim Kassem, negó en una entrevista telefónica con Al Jazira que su grupo haya disparado cohetes contra Haifa, reiterando que ésto sólo ocurrirá si "Beirut o sus suburbios del sur resultan atacados".

Mientras, el embajador israelí en Estados Unidos, Daniel Ayalon, afirmó que este ataque era "una gran escalada" en el conflicto desatado desde que el pasado martes milicianos de Hezbolá secuestrasen a dos soldados.

"Tienen más de 10.000 cohetes. Para ellos hacer esto en Haifa es una gran escalada", declaró Ayalon en una rueda de prensa en el Club Nacional de Prensa. En su opinión, Israel se encuentra en guerra. "El objetivo es ganar esta guerra. No somos agresores. Respondimos. Nuestro objetivo es neutralizar a estos grupos", consideró.

Ayalon culpó a Siria e Irán del secuestro de los soldados por Hezbolá. "La fuente de todos los problemas está en Damasco y Teherán, pero el Gobierno libanés puede pararlo", agregó. Finalmente, instó a "toda la comunidad internacional" a dejar claro que Teherán y Damasco "están jugando con fuego y ello podría tener consecuencias serias".