MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Casi todos los detenidos a causa de los disturbios ocurridos el pasado fin de semana en Hong Kong, en el marco de las protestas contra la ley de extradición a la China continental, han sido liberados este miércoles bajo fianza.
En total, 45 personas fueron detenidas y acusadas de desórdenes públicos, un delito por el que pueden ser condenadas a hasta diez años de cárcel. De ellas, 43 han sido liberados bajo fianza, mientras que, de los dos restantes, uno no ha comparecido y se ha emitido una orden de captura en su contra y el otro ha sido acusado además de posesión de armas.
El tribunal que ha llevado el caso les a impuesto una fianza de 1.000 dólares honkoneses (unos 115 euros), un toque de queda a medianoche (hora local) y la obligación de comparecer semanalmente en una comisaría de Policía, según informa el diario local 'South China Morning Post'.
Cientos de personas se han concentrado a las puertas de la sede jurisdiccional para expresar su apoyo a los detenidos, entre los que hay una adolescente de 16 años de edad. "Nosotros podemos reemplazarlos", ha dicho Selina Yip, una joven de 23 años que ha participado en la manifestación.
El fin de semana se repitieron las manifestaciones que comenzaron el pasado 9 de junio, cuando un millón de personas se concentraron en el corazón financiero de Hong Kong para exigir la retirada de un proyecto de ley que permitiría entregar a la China continental a todos los acusados o condenados que pasen por el territorio.
El Gobierno de Carrie Lam ha suspendido el trámite parlamentario pero no ha retirado el proyecto de ley, por lo que las manifestaciones han continuado y se han extendido hasta exigir también la dimisión de la líder regional por su gestión de esta crisis política.
Pekín, por su parte, ha expresado su pleno apoyo al Gobierno de Lam y ha acusado a Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países occidentales, de maniobrar a favor de las protestas en Hong Kong.
Hong Kong volvió a estar bajo soberanía china en 1997 pero con un estatus especial para que se mantuvieran los derechos y libertades instaurados durante la dominación británica, un encaje que el gigante asiático basa en el principio de "un país, dos sistemas".
