Al Maliki apela a los iraquíes a "unirse a la lucha para derrotar a Al Qaeda y las milicias chiíes extremistas"

Actualizado: viernes, 17 agosto 2007 22:36


BAGDAD, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, de confesión chií, apeló hoy a la "unidad" de los iraquíes desde la ciudad natal del ex dictador Sadam Husein, Tikrit, para sumarse, dijo "a la lucha para derrotar a Al Qaeda y las milicias chiíes extremistas" a fin de salvar, insistió, "a las generaciones venideras", después de reunirse con los principales líderes tribales suníes de la localidad.

Asimismo, subrayó su determinación para salvar a su Ejecutivo paralizado, en gran medida por la marcha de los ministros suníes, y evitar que cunda la desilusión por la actuación de éste en Washington.

"Hay más cosas que nos unen que cosas que nos dividen", aseguró a los jeques de Tikrit, ciudad ubicada a 130 kilómetros al norte de Bagdad, e insistió en que el Ejecutivo "no quiere permitir que Al Qaeda y milicias (co)existan entre nuestras generaciones venideras". "La lucha contra el terrorismo nos proporciona una manera de unirnos", agregó.

Estas declaraciones se producen después de que ayer, Al Maliki, junto al presidente, Jalal Talabani, kurdo, el presidente de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barazani, y el vicepresidente chií, Adel Abdel Mahdi, suscribieran una nueva alianza política entre sus partidos: el Consejo Supremo Islámico Iraquí y el Partido Dawa --ambos chiíes--, y la Unión Patriótica del Kurdistán y el Partido Democrático del Kurdistán --ambos kurdos--, que juntos suman un total de 181 escaños. Los partidos suníes han rechazado sumarse al proyecto político.

Talabani se mostró hoy sorprendido por la falta de reacción de Estados Unidos del nuevo proyecto gestado, después de que un funcionario estadounidense en Bagdad incidiera en la falta de representación suní en el acuerdo. "No he escuchado a ningún americano dar la bienvenida a la nueva alianza", lamentó en rueda de prensa y arremetió contra la Constitución, cuya aprobación apoyó Estados Unidos, parcialmente responsable, dijo, de la parálisis política iraquí.