ISLAMABAD, 11 Nov. (EP/AP) -

El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, afirmó hoy que las elecciones parlamentarias se celebrarán antes del 9 de enero y que la declaración del estado de excepción, que "ha sido la decisión más difícil de su vida", seguirá en vigor para garantizar que los comicios sean libres y transparentes. Asimismo, aseguró que el Ejército seguirá apoyándole incluso en el caso de que abandone la jefatura militar y gobierne como civil.

"Deberíamos celebrar elecciones antes del 9 de enero", afirmó Musharraf en rueda de prensa. "La Asamblea Nacional será disuelta cuando cumpla su mandato, el 15 de noviembre, y las Asambleas Provinciales lo serán el 20 de noviembre", declaró. "Pediremos a la Comisión Electoral que celebre elecciones lo antes posible" y que "decida la fecha exacta", prosiguió. La Constitución establece un periodo de 45 a 60 días a partir de la disolución de las Cámaras para celebrar los comicios.

En la rueda de prensa, Musharraf no quiso adelantar una fecha para el levantamiento del estado de excepción. "De momento todo lo que puedo decir es que soy consciente de que el estado de excepción debe levantarse, pero no puedo dar una fecha", prosiguió. "No hay una fecha límite", afirmó. "Aunque levante el estado de emergencia, lucharemos contra el terrorismo por medios militares hasta que sea derrotado", advirtió.

"El estado de excepción ha contribuido a mejorar la ley y el orden y a luchar contra el terrorismo" y "refuerza nuestro poder" para utilizar el Ejército en la lucha contra los milicianos islámicos.

Asimismo, "garantizará unas elecciones absolutas, justas y transparentes" a las que se invitará a observadores internacionales. En todo caso, el mandatario aseguró que no cree que los gobiernos extranjeros corten las ayudas a Pakistán a causa del estado de excepción.

Musharraf impuso el estado de excepción el pasado 3 de noviembre, con el argumento de combatir a los milicianos próximos a los talibán y a Al Qaeda. Desde entonces, las fuerzas de seguridad se han amparado en el estado de excepción para atacar a los opositores, a los sectores críticos de la judicatura y a los medios de comunicación independientes. Miles de personas fueron detenidas la semana pasada.

"Yo no violé la Constitución ni las leyes en este país", aseveró el general Musharraf. La declaración del estado de excepción "ha sido la decisión más difícil de mi vida, me encontraba entre la espada y la pared", prosiguió. "Actué así en interés de la nación", manifestó.

Musharraf aseguró que los partidarios de la oposición que han sido detenidos desde la declaración del estado de excepción serán liberados para participar en las elecciones, pero advirtió de que podrían volver a ser detenidos. "No permitiremos a nadie romper la ley y el orden y crear la anarquía en nombre de las elecciones y la democracia", añadió.

UN PRESIDENTE CIVIL CON APOYO DEL EJÉRCITO

El general Musharraf aseguró una vez más que dejará la jefatura del Ejército y abandonará el uniforme militar, pero únicamente cuando se haya confirmado su reelección al frente del Estado, en cumplimiento de su nombramiento en el Parlamento el pasado 6 de octubre.

"De momento se ha tomado una decisión, y me gustaría dar una fecha exacta para mi juramento del cargo como presidente civil de Pakistán", declaró. "Deseo que sea lo antes posible", agregó. Esta elección, pendiente de su confirmación por parte del Tribunal Supremo, ha sido interpretado como una de las causas por las que el presidente declaró el estado de excepción y destituyó al presidente del Supremo. De hecho, en la rueda de prensa Musharraf acusó de corrupción al antiguo presidente del Tribunal Supremo y rival político, Mohamed Iftijar Chaudry.

En cuanto a las especulaciones según las cuales intentará mantaner la lealtad del Ejército en cuanto asuma de nuevo la Presidencia, precisó: "Incluso cuando ya no tenga uniforme, el Ejército estará conmigo".

Estas declaraciones llegan después de que el fiscal general paquistaní, Malik Mohammed Qayyum, anunciase que Musharraf se ha servido de las competencias concedidas por el estado de excepción para otorgar a los tribunales militares el poder de juzgar a todos aquellos civiles que puedan ser considerados instigadores del desorden público. El fiscal añadió además que el estado de excepción "concluirá en el plazo de un mes".

La enmienda aprobada permitiría a los tribunales militares juzgar a las personas acusadas de traición, sedición y de "hacer declaraciones que puedan conducir a la alteración del público". En principio, esta decisión podría afectar a la líder en la oposición, Benazir Bhutto, quien ha anunciado su intención de retar al presidente en foros públicos y de convocar a sus seguidores a una manifestación desde el este de la ciudad de Lahore hasta la capital Islamabad.

El general Pervez Musharraf, jefe del Ejército de Pakistán, asumió la Presidencia el 12 de octubre de 1999 mediante un golpe de Estado incruento. Fue reelegido presidente el pasado 6 de octubre, aunque el resultado definitivo está pendiente de la decisión del Tribunal Supremo sobre la legalidad del proceso.