MADRID, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -
El 'número dos' del grupo rebelde Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán-En Oposición (SPLM-IO), Henry Dilah Odwar, ha regresado este viernes a la capital de Sudán del Sur, Yuba, como parte del acuerdo de paz firmado en septiembre.
"Sólo a través de la paz lograremos un diálogo significativo", ha dicho Odwar a su llegada a la ciudad. "Sólo a través de la paz conseguiremos perdonarnos", ha agregado, tal y como ha recogido la emisora Radio Tamazuj.
Así, ha subrayado que ha vuelto al país para participar en una reunión del comité de pretransición, al tiempo que ha manifestado que las partes "trabajarán duro para ponerse al día" en la aplicación del calendario establecido para el proceso de paz.
El presidente sursudanés, Salva Kiir, ordenó la semana pasada la liberación del portavoz rebelde James Gatdet y del coronel retirado sudafricano William Endley, coincidiendo con el retorno del líder del SPLM-IO, Riek Machar, a Yuba más de dos años después de abandonar Sudán del Sur por el recrudecimiento del conflicto.
El pasado mes de junio, las partes firmaron un acuerdo inicial para poner fin a los combates, pero Machar rechazó algunas de las propuestas, como que el país tenga tres capitales distintas para distribuir el poder, lo que provocó un nuevo proceso de contactos para lograr el texto definitivo, ratificado en septiembre.
Este acuerdo contempla la restitución de Machar en el puesto de vicepresidente, así como la creación de un Gobierno de unidad en el que tendrá la mayoría el actual Ejecutivo. Asimismo, Kiir permanecerá en el puesto de presidente.
Las partes tendrán ahora ocho meses para formar un gobierno de transición, que estará en vigor durante un periodo de tres años.
Sudán del Sur vive sumido en una guerra civil desde diciembre de 2013 que enfrenta a los partidarios de Kiir, de etnia dinka, con las fuerzas leales a Machar, de etnia nuer. Otros grupos rebeldes --con distintos grados de relación con el grupo de Machar-- operan en el país.
Los combates en Sudán del Sur han desarraigado alrededor de una cuarta parte de sus 12 millones de habitantes, han destruido la producción de petróleo y han arruinado una economía ya de por sí muy empobrecida.
