La OIM avisa que hay una "posibilidad real" de que haya muertes por el monzón en los campamentos rohingya

Refugiados rohingya en Bangladesh
REUTERS / MOHAMMAD PONIR HOSSAIN
Publicado: martes, 27 febrero 2018 20:29

LONDRES, 27 Feb. (Thomson Reuters Foundation/EP) -

El comienzo en abril de la temporada de monzones en Bangladesh aumenta el riesgo para los cientos de miles de refugiados rohingya que han llegado a la zona de Cox Bazar huyendo de la violencia en Birmania, hasta el punto de que hay una "posibilidad real" de que se registren fallecimientos por el temporal en los precarios campamentos.

"El mensaje tiene que quedar muy claro: no podemos garantizar la seguridad de todos", ha advertido una portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Fiona MacGregor, en declaraciones telefónicas a la Thomson Reuters Foundation desde el terreno.

La agencia ha alertado del riesgo que corren alrededor de 100.000 personas en las zonas más proclives a inundaciones, al tiempo que teme que el temporal desencadene un brote de enfermedades o recortes en la ayuda que reciben los refugiados. Las agencias de ayuda ya han comenzado a movilizar maquinaria para tratar de mantener las carreteras abiertas a toda costa.

La mayoría de los refugiados viven en precarias tiendas hechas de bambú y plástico, por lo que MacGregor ha confirmado que se están reforzando con coberturas adicionales, cuerdas y sacos de arena, de forma que sean lo más resistentes posibles ante los monzones.

Las defensas naturales frente a las inundaciones y los corrimientos de tierra, como podrían ser los árboles y otras formas de vegetación, han sido eliminadas precisamente para habilitar las zonas para los rohingya. Las organizaciones humanitarias estiman que más de 900.000 refugiados viven como pueden en Cox Bazar.

"Uno de los mayores problemas que tenemos es que muchas personas han cavado sus refugios en ángulos de 90 grados en las laderas, por lo que hay un riesgo de que se vengan abajo", ha añadido MacGregor.

Un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tony Stewart, teme la propagación de enfermedades como la diarrea o la disentería, así como otras transmitidas por mosquitos como el dengue o la malaria. Supondrán, ha señalado, "un gran riesgo para la población".

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