GINEBRA, 4 May. (Reuters/EP) -
El asesor humanitario de Naciones Unidas para Siria, Jan Egeland, ha advertido este jueves de que millones de civiles continúan atrapados en el conflicto de Siria tras siete años y ha señalado que muchos de los que escaparon a las zonas de combate han tenido que buscar refugio en campamentos superpoblados para los desplazados en Idlib, en el noroeste de Siria.
Los oficiales insurgentes aseguran que temen una ofensiva contra Idlib por el Ejército de sirio y sus aliados, Rusia e Irán, algo que las agencias humanitarias advierten de que podría producir un sufrimiento civil a un mayor escala que durante el asedio de Alepo el año pasado.
"No podemos tener una guerra en Idlib. Sigo diciendo eso ahora a Rusia, a Irán, a Turquía, a Estados Unidos, a cualquiera que pueda tener influencia", ha indicado Egeland, que ha pedido negociaciones para proteger a los civiles.
La guerra ha seguido el camino del presidente sirio, Bashar al Assad, desde que Rusia intervino en 2015. De tener menos una quinta parte del país en 2015, Al Assad ha pasado a controlar ahora la mayor parte del país con la ayuda de Rusia e Irán.
La región de Idlib sigue siendo la zona más poblada de Siria en manos de los insurgentes que luchan contra con el gobierno de Damasco. Los sirios han ido llegando a Idlib a un ritmo acelerado en los últimos dos años desde zonas recuperadas por el Ejército.
Alrededor de 11.000 sirios aún están sitiados y dos millones de ellos se encuentran en lugares de difícil acceso para la ayuda humanitaria, según el asesor humanitario de la ONU.
"La idea de que está disminuyendo, esta guerra, es completamente errónea. Esta guerra está en marcha y todavía está en medio de la población civil", ha indicado Egeland.
