YUBA, 3 Jun. (Reuters/EP) -
La responsable de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para Sudán del Sur, Sue Lautze, ha asegurado que solo se podrá hacer frente a la hambruna en el país si se acuerda un alto al fuego y se consigue que las personas desplazadas regresen a tiempo de plantar la cosecha antes de que comience la temporada de lluvias.
Los donantes prometieron más de 600 millones de dólares (más de 400 millones de euros) en mayo para ayudar a evitar la crisis. Las agencias humanitarias predijeron que la hambruna de Sudán del Sur sería la más grave desde la de Etiopía en 1984. Según Naciones Unidas, 3,5 millones de personas ya sufren escasez de comida aguda o de nivel de emergencia, incluido un millón incapaz de satisfacer sus necesidades básicas.
Lautze ha hecho hincapié en la gravedad de la situación y ha asegurado que incluso una persona que no entendiera sobre este tema podría ser capaz de detectar la hambruna.
Los combates han matado a miles de personas y han expulsado a más de 1,3 millones de personas de sus hogares. La responsable de la FAO ha insistido en que los desplazados tienen que ser capaces de recuperar su disperso ganado y reconstruir sus mercados saqueados.
También ha recordado que las agencias de seguridad deben tener acceso inmediato a los fondos prometidos por los donantes el mes pasado. Naciones Unidas prevee que cuatro millones de personas padezcan hambruna, si no pueden acceder a tiempo a esa ayuda. "Requerirá una tremenda cantidad de recursos, un montón de suerte y, ciertamente, un cese sostenido de las hostilidades", ha puntualizado Lautze.
Las lluvias de los próximos meses abastecerían de comida, como pescado y plantas salvajes, pero las reservas acabarían en septiembre, según alerta la ONU. Las previsiones de la ONU estiman que este año la cosecha en Sudán puede abastecer a cerca de tres cuartos de la población gracias a los 1,3 millones de toneladas que se recolectarán.
Naciones Unidas advierte de la dificultad de los camiones de ayuda para acceder a las zonas más necesitadas por el estado de las carreteras. Los enfrentamientos también están entorpeciendo la distribución de ayuda, como ha recordado Lautze: "En el vacío de poder cualquiera con una pistola puede instalar un negocio que pare a los camiones que pasen y les sobornen", ha concluido.
Las fuerzas del Gobierno y los rebeldes, que han estado luchando desde mediados de diciembre, llegaron a un segundo alto al fuego en mayo, después de que el acordado en enero no se cumpliera. El portavoz del Ejército de Sudán del Sur informó de los enfrentamientos este lunes en los estados de Unidad y Alto Nilo, zonas productoras de petróleo que han sido detonante en el conflicto.
