A pesar de sus secuelas, los exniños soldado de Sudán del Sur quieren mirar hacia adelante

Un antiguo niño soldado en Sudán del Sur
WORLD VISION
  
Actualizado: viernes, 13 abril 2018 11:59

"Ahora estoy en paz, quiero estudiar y ser el presidente de Sudán del Sur", cuenta uno de los niños liberados en febrero

MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

Angustia. Depresión. Tendencias suicidas. Estas no son solo sino algunas de las secuelas psicológicas a las que se enfrentan los cientos de niños soldados sursudaneses cuando son liberados. World Vision ha puesto en marcha un programa para ayudarles y, según palabras del responsable del centro donde se imparte, los niños "muestran un verdadero deseo de mirar hacia adelante" a pesar de los retos a los que se enfrentan.

Estos menores están recibiendo tratamiento en el Centro Interno de Cuidados de la World Vision situado en la provincia de Ecuatoria Occidental, en el sur del país. En estas instalaciones, la ONG y Médicos Sin Fronteras (MSF) abordan con un grupo de trabajadores sociales las secuelas psicológicas de los 629 antiguos niños soldado liberados el pasado febrero y trabaja para ayudarles en su reinserción social.

La ONG está tratando de encontrar a las familias de los menores. Durante los siguientes dos meses, World Vision enviará a los niños o bien de vuelta con sus allegados o bien, en el caso de no localizarles, a una familia de acogida.

LOS PEORES AFECTADOS POR EL CONFLICTO

La organización ha denunciado que los niños de Sudán del Sur continúan sufriendo "la peor parte" del conflicto en el país, que lleva sumido en una guerra civil desde diciembre de 2013. "Su situación se deteriora cada año, con incidentes constantes de reclutamiento, abuso, explotación y otras violaciones graves que han afectado directamente a unos 100.000 niños desde el comienzo del conflicto", ha explicado la ONG.

La oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA) estima que 19.000 niños fueron reclutados por grupos armados en Sudán del Sur en 2017, un aumento desde los 17.000 enrolados en 2016.

World Vision ha alertado sobre la permanencia de los reclutamientos infantiles tanto entre las milicias como entre las Fuerzas Armadas del país. La ONG ha pedido que estos se adhieran a las directrices de la ONU al respecto, que prohíben que los menores participen directamente en conflictos armados.

"NOS HAN ESCOGIDO PARA SER SUS AMIGOS"

El centro de World Vision trata a varios centenares de antiguos niños soldados, entre ellos a Alex, uno de los primeros que fueron liberados el pasado febrero. El niño ha reconocido que con los grupos armados, pasaban "los días en el monte, con nuestras pistolas, y preocupados por la llegada de los enemigos"; ha añadido que "la vida aquí (en el centro) es mucho mejor que en el campo, con los grupos armados".

Una de las trabajadoras sociales del centro, Christine Asienzo, ha recordado cómo "al principio, los niños se mostraban reservados, estaban encerrados en sí mismos y necesitaban tiempo para compartir sus experiencias".

"Ahora, (los menores) se han abierto, son amistosos e interactúan libremente entre ellos; algunos son capaces de compartir vivencias, nunca antes compartidas, con nosotros", ha celebrado Asienzo. "Nos han escogido para ser sus amigos", ha añadido la trabajadora humanitaria.

Asienzo ha recordado que los niños han sufrido pérdidas familiares y que han sido forzados a cometer actos violentos "que les han marcado". A pesar de todo lo que han soportado en el campo, los niños responden a las terapias", ha destacado la trabajadora social. Aún así, Asienzo ha subrayado que algunos de los niños tratados en el centro "tienen pensamientos suicidas y necesitan la ayuda de psicólogos entrenados y con dedicación plena".

"UN VERDADERO DESEO DE MIRAR HACIA ADELANTE"

"Estos chicos llegan con diferentes antecedentes y experiencias vividas con los grupos armados, son todavía adolescentes y ya han tenido que tomar decisiones que no les correspondían", ha relatado el supervisor del centro, Angelo.

"Al principio, cuando empiezas a trabajar con ellos los retos son grades, pero, poco a poco, se van superando y en tan solo dos meses hemos visto cómo ha cambiado su comportamiento y estamos seguros de que va a seguir mejorando", ha detallado el supervisor. Los niños "tienen un verdadero deseo de mirar hacia adelante".

"Ahora estoy en paz, quiero estudiar y ser el presidente de Sudán del Sur, y la primera cosa que haré cuando lo sea será conseguir la paz y ofrecer educación para todos los niños y niñas", ha explicado Alex. "Esas dos cosas son las más importantes en la vida", ha finalizado.

Leer más acerca de: