El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte
REUTERS / ROMEO RANOCO
Publicado: miércoles, 24 enero 2018 11:03

MANILA, 24 Ene. (Reuters/EP) -

La Policía de Filipinas tendrán que llevar pronto cámaras digitales compactas en las operaciones antinarcóticos y para tratar de disminuir las sospechas en torno a los agentes, en la primera línea de fuego de la sangrienta guerra contra las drogas que se está llevando a cabo en el país.

El jefe de Policía Ronald delaRosa ha declarado que los agentes portarán dichas cámaras para grabar arrestos, en el marco de un memorando hecho público este miércoles y que entrará en vigor una vez se distribuyan los dispositivos. "Una vez estén disponibles, requeriremos (a los policías) que las lleven", ha confirmado Dela Rosa a la prensa.

"Implementaremos una medida a partir de la cual no se produzcan operaciones antidroga sin que se utilicen cámaras digitales compactas", ha añadido. Sin embargo, no ha especificado la fecha en la que las cámaras estarán a disposición de la Policía.

En el mismo memorando, Dela Rosa ha ordenado al cuerpo policial que lleve al hospital de manera inmediata a los sospechosos heridos y que establezca una base de datos con aquellos que han muerto en operaciones policiales.

El portavoz de la Policía, Diadonado Carlos, ha aclarado en otra conferencia de prensa que también se ha ordenado a la Policía que limite la tan temida operación 'Oplan Tokhang', en el marco de la cual visitan las viviendas de consumidores y vendedores de droga y les piden que se entreguen.

"(Estas operaciones) tienen que producirse durante el día para eliminar la impresión de que si estás en el punto de mira de la 'Tokhang', acabarás muerto", ha declarado Carlos, añadiendo que se solicitará a los miembros del cuerpo que lleven también sus uniformes durante estos procedimientos.

LA FEROZ GUERRA CONTRA LAS DROGAS

El cuerpo está volviendo a tomar parte de la campaña antinarcóticos del presidente Rodrigo Duterte unos meses después de que éste suspendiera a los agentes a causa del escrutinio sin precedentes al que se sometía su conducta.

Datos policiales muestran que 4.000 sospechosos relacionados con el mundo de las drogas han muerto desde que Duterte llegó al poder y lanzó su campaña en junio de 2016, pero los policías han insistido en que murieron porque se resistieron violentamente al arresto.

La Policía ha rechazado las acusaciones de los activistas sobre las supuestas ejecuciones extrajudiciales a sospechosos de ser consumidores y vendedores de estupefacientes en la que sería una campaña sistemática de abusos y encubrimientos. En su guerra contra las drogas, Duterte ha sido acusado de permitir que la cultura de la impunidad florezca.

En junio, Reuters reveló que las fuerzas del orden han disparado contra cientos de personas en operaciones antidroga antes de trasladarlos a hospitales en los que se les declaraba muertos en cuanto llegaban. Los familiares y otros testigos declaran, por su parte, que los agentes están enviando cadáveres a los hospitales para alterar escenas de crímenes y encubrir ejecuciones extrajudiciales.La Policía reitera que está tratando de salvar vidas.

Filipinas ha criticado a la ONG Human Rights Watch por su afirmación de que se han producido 12.000 muertes durante la guerra contra las drogas. Manila defiende que el balance de víctimas mortales llega a la mitad.

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