KIEV, 24 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, ha anunciado este domingo una inyección de 3.000 millones de dólares (unos 2.200 millones de euros) para renovar el arsenal de las Fuerzas Armadas ucranianas desde 2015 a 2017, según hizo saber durante la celebración del desfile militar con motivo del 23 aniversario de la independencia del país.
"Está claro que, desgraciadamente, una amenaza constante se cernirá sobre Ucrania a lo largo del futuro cercano. Y necesitamos no solo aprender a vivir con esto, sino que también tendremos que estar preparados para defender la independencia de nuestro país", ha hecho saber ante los asistentes, en referencia al conflicto abierto con los separatistas prorrusos en el este del país, y con la propia Rusia tras la anexión de la península de Crimea.
Los rebeldes prorrusos han condenado el evento, donde según los separatistas "los asistentes van a ser tratados como rehenes y los vehículos que exhiban estarán dañados por los combates", según mensajes en las redes sociales recogidos por la CNN.
El evento no ha quedado exento de críticas entre la población ucraniana, que consideran el desfile como una innecesaria exhibición de fuerza en medio de la llamada por el Gobierno como "operación antiterrorista" contra los rebeldes prorrusos, que para muchos ciudadanos, se trata de una verdadera guerra, y agrietar aún más la tensión con Rusia.
Sin ir más lejos, el conflicto ha adquirido una nueva dimensión esta semana, con la entrada en Ucrania del convoy humanitario enviado por Rusia el pasado 12 de agosto un convoy de 270 camiones con unas 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, sobre todo alimentos, para la población del este de Ucrania.
Las autoridades rusas y ucranianas intentaron negociar una fórmula para permitir que la ayuda humanitaria llegue a los civiles, sin que para ello sea necesario que personal ruso entre en territorio ucraniano. Las conversaciones no tuvieron éxito y Moscú decidió unilateralmente que el convoy atravesara ayer la frontera hasta Lugansk, una de las zonas más afectadas por los combates.
El Gobierno ucraniano, aun sin dar permiso a la entrada de los camiones, decidió no tomar ninguna medida de represalia para no agravar aún más la situación.
