Actualizado: jueves, 6 noviembre 2008 23:01


WASHINGTON, 6 Nov. (OTR/PRESS) -

Tan sólo dos días después de ser elegido presidente, Barack Obama y sus asesores han empezado a tomar decisiones. Así, han elegido a Rep Rahm Emanuel como jefe de Gabinete de la nueva Administración, que accederá al cargo el 20 de enero. El senador de Illinois es amigo personal de Obama, y su principal colaborador durante años en el estado, y ya tiene experiencia en la Casa Blanca, pues colaboró con Bill Clinton durante su mandato. Por otro lado, George W. Bush celebró una rueda de prensa en la Casa Blanca, rodeado de su equipo de colaboradores, para escenificar su retirada, y anunció que la próxima semana se reunirá con Obama, para empezar a preparar la transición y que "sea lo más fluida posible" hasta el día de la toma de posesión.

El puesto de jefe de Gabinete de la Casa Blanca tiene gran importancia, pues es uno de los asesores más cercanos al presidente, puede decidir quien puede hablar con él, y es el que desarrolla las políticas de la administración. Y este es el puesto que ha aceptado Rahm Emanuel, amigo personas de Obama, y que tiene un gran conocimiento del Congreso y del panorama político nacional, y que lleva 20 años en la alta política.

Durante el ciclo electoral de 1988 se desempeñó como director nacional del Comité de Campaña de los Demócratas en el Congreso (DCCC por sus siglas en inglés). También fue el encargado de supervisar la recaudación de fondos durante la campaña de Bill Clinton, y después ocupó varios cargos durante la Administración de este, empezando como director político, hasta acabar como asesor superior. Además, participó en la negociación del plan de rescate de 700.000 millones de dólares aprobado recientemente por el Congreso estadounidense.

Durante esos 15 años, Rahm Emanuel se ganó la reputación de no-hacer-presos, y 'Rambo' como apodo, algo que no siempre fue positivo. Así, John Boehmer, líder del House Minority de Ohio, condenó esta elección por su partidista reputación. "Es una irónica elección, por parte de un presidente electo que ha prometido el cambio en Wahington, hacer política civil y gobernar desde el centro". Sin embargo, los partidarios de Rahm Emanuel sostienen que la imagen de partidista que tiene es más mito que realidad.

REUNIÓN LA SEMANA QUE VIENE

Por su parte, el presidente saliente, George W. Bush, realizó una comparecencia pública en los jardines de la Casa Blanca, acompañado por su esposa Laura, de todo su gabinete y de los funcionarios que trabajaban en la oficina ejecutiva del presidente, en una escenificación de su retirada. En la comparecencia, Bush anunció que recibirá en los próximos días en la Casa Blanca a su sucesor, para empezar a preparar la transición y que esta sea "lo más fluida posible", que además es la primera que se celebra "en tiempos de guerra".

Bush subrayó que el país se enfrenta a desafíos económicos que pueden complicar el camino hasta la toma de posesión, que se producirá el 20 de enero, por lo que la crisis será el tema principal de lo que resta de mandato. "En los próximos 75 días todos debemos asegurarnos de que el próximo presidente y su equipo puedan empezar a trabajar pronto, y en eso han estado trabajando las agencias federales", indicó Bush, que confirmó que el presidente electo ya ha recibido los primeros informes secretos sobre seguridad, y que en las próximas semanas su equipo será puesto al día sobre la crisis económica o la guerra en Irak.

Por otro lado, Juan Verde, asesor de Obama, aseguró que este se encuentra "al tanto" de la actual situación de la relación entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el mandatario saliente, George W. Bush, y aunque "no es su primera prioridad" sí que quiere un acercamiento a España y podría incluir el país durante su primera gira por Europa. Según Verde, las relaciones entre España y Estados Unidos tanto a nivel institucional como comercial están "más avanzadas que nunca" y existen múltiples acuerdos de cooperación en distintas áreas, por lo que la supuesta mala relación se reduce sólo a "un problema de imagen" que pasa por una "cuestión personal" del presidente Bush.