RDCongo.- Kabila es investido presidente de la RDC, el primero elegido democráticamente en décadas

Actualizado: miércoles, 6 diciembre 2006 16:52

KINSHASA, 6 Dic. (EP/AP) -

Joseph Kabila fue investido hoy presidente de la República Democrática del Congo (RDC), tras su reelección en los comicios del pasado 29 de octubre, los primeros multipartidistas en la historia del país, en una ceremonia que contó con la presencia de cuarenta delegaciones de todo el mundo.

Kabila, de 35 años, ejerce la Presidencia del país desde 2001, poco después del asesinato de su padre y antecesor, Laurent-Desiré Kabila. El gran reto del presidente será poner en marcha un país asolado por la guerra y por el expolio de sus recursos naturales, claramente vinculado al conflicto bélico.

El presidente prestó juramento a su cargo después de una serie de rezos de diferentes confesiones, incluyendo credos musulmán, cristiano y el indígena kimbanguista. "Este momento marca el comienzo de una nueva era que debe traer bienestar y desarrollo al pueblo del Congo. Veo un Congo donde el pueblo pueda trabajar siempre", dijo Kabila. "El Congo de mañana, lo veo como un vehículo del orden para toda Africa", agregó.

Rico en cobalto, diamantes, cobre, oro y otros minerales, la República Democrática del Congo obtuvo su independencia de Bélgica en 1960, y comenzó una dictadura de 32 años dirigida por Mobutu Sese Seko. El padre de Kabila ayudó a derrocarlo, pero después fue asesinado. Ahora, con esta ceremonia se abre una nueva fase política en un país en el que la guerra ha causado, entre 1998 y 2002, la muerte de más de cuatro millones de personas y un expolio humano y económico sin precedentes en África.

Según la página de Internet 'Digitalcongo.net', y tal como prevé el artículo 74 de la Constitución, Kabila juró "solemnemente ante Dios y la nación" que observará y defenderá la Constitución y las leyes de la República, mantendrá su independencia y la integridad de su territorio, salvaguardará la unidad nacional, no se dejará guiar "más que por el interés general y el respeto por los derechos de las personas humanas", consagrará "todas" sus fuerzas a la promoción del bien común y de la paz y cumplirá "lealmente y como fiel servidor del pueblo las altas funciones" que se le han confiado.

Entre todas las delegaciones, la más destacada será la de la antigua potencia colonial, Bélgica, que enviará a cuatro ministros, incluido el jefe del Ejecutivo, Guy Verhofstadt. Aparte, la ONU --que ha desplegado en la RDC su más importante contingente de paz de su historia con 17.600 'cascos azules'-- estará representada por su secretario general adjunto, Jean-Marie Guéhenno, mientras que la Unión Europea --que ha invertido 600 millones de euros en el país desde que concluyó la guerra-- enviará a su comisario para Desarrollo, Louis Michel.

Otro invitado destacado será el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, patrocinador desde 2003 de la transición congoleña que permitió llegar a la actual situación política. También es de reseñar la presencia en la ceremonia de los representantes de los enemigos de antaño, Ruanda, Uganda --el propio presidente Yoweri Museveni-- y Burundi, que apoyaron abiertamente a los grupos rebeldes durante la guerra.

Otros mandatarios africanos presentes fueron el congoleño Denis Sassou Ngouesso, el angoleño Eduardo dos Santos, el gabonés Omar Bongo Ondimba, el nigeriano Olusegun Obasanjo, el zimbabueño Robert Mugabe, el zambiano Levy Muanawasa y muy posiblemente --a falta de confirmación-- el centroafricano François Bozize. Quien no asistirá a la ceremonia es Jean-Pierre Bemba, el rival de Kabila en las elecciones y que ayer mismo prefirió trasladarse a Lisboa en su avión particular para "descansar", según 'Digitalcongo.net'

GRANDES RETOS

Kabila obtuvo la victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 29 de octubre con el 58 por ciento de los votos, frente al 42 por ciento de su rival, el ex vicepresidente y ex señor de la guerra Jean-Pierre Bemba. A pesar de algunas irregularidades, los observadores internacionales certificaron la limpieza de los comicios presidenciales.

La RDC, un país en el que el 75 por ciento de sus 60 millones de habitantes vive con menos de un dólar al día, alberga el 34 por ciento de las reservas mundiales de cobalto y el 10 por ciento de las reservas de cobre, aparte de ser rico en uranio, oro, madera y petróleo y de tener un potencial hidroeléctrico de 80.000 megawatios, el cuarto del mundo.

Kabila ha hecho de la sanidad, la educación, el acceso a agua potable y electricidad y la construcción de carreteras sus principales objetivos. Asimismo, se enfrenta a la necesidad de poner en marcha un sistema más transparente de gestión de recursos mineros y de combatir la corrupción en el Estado.

El otro gran reto es acelerar la pacificación del país, donde se siguen registrando enfrentamientos tanto en las regiones más conflictivas del sur y este --sobre todo con el nuevo frente abierto el pasado mes de noviembre en Kivu Norte entre el Ejército y militares contrarios a la reforma de las Fuerzas Armadas liderados por el ex general Laurent Nkunda-- como, desde agosto, en la propia capital, Kinshasa.

En todo caso, la decisión de Jean-Pierre Bemba de aceptar su derrota ha rebajado un tanto la tensión, al igual que el decreto recientemente firmado por el presidente que prevé garantías de seguridad y ventajas financieras a los cuatro vicepresidentes de la transición, incluido Bemba.

UNA HISTORIA CONFLICTIVA

Las elecciones que dieron la victoria a Kabila fueron las primeras elecciones multipartidistas desde que el país se independizó de Bélgica en 1960. La última vez que los congoleños habían acudido a unos comicios nacionales fue en 1970, cuando el ex dictador Mobutu Sese Seko se presentó como único candidato a unas elecciones presidenciales.

Mobutu, que obligaba a todos los ciudadanos del entonces Zaire a afiliarse a su partido y a votarle, ejerció el poder durante 32 años, desde que en 1965 derrocó en golpe de Estado al presidente Joseph Jasavubu y hasta que fue apartado del poder tras la guerra de 1996-1997 por los rebeldes apoyados por Ruanda. Tras la derrota de Mobutu, el líder de los rebeldes, Laurent Desiré Kabila, se proclamó a sí mismo presidente.

En agosto de 1998 comenzó, con la invasión por parte de las tropas de Ruanda, Uganda y Burundi, la denomimada 'primera guerra mundial africana'. Con sus cerca de cuatro millones de muertos, no sólo fue el conflicto armado más grave registrado en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, sino que creó una profunda desconfianza de la población hacia la clase política, integrada por muchos de los líderes de las diferentes facciones rebeldes que se repartieron el poder cuando finalizó el conflicto.

En 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el envío de una Misión de Paz formada por 5.500 efectivos, con el objetivo de supervisar el alto el fuego firmado en 1999 por los cinco Ejércitos y Gobiernos extranjeros implicados en el conflicto. Las hostilidades continuaron, lo que obligó a Naciones Unidas a incrementar su fuerzas hasta 17.000 soldados.

En 2001, Laurent Kabila fue asesinado por sus propios escoltas, tras lo cual asumió el cargo su hijo. Un año más tarde se firmó en Sudáfrica el acuerdo de paz que puso fin a la guerra, aunque no a las acciones armadas de las diversas milicias que operan sobre todo en el este. Como consecuencia del acuerdo se retiraron los Ejércitos extranjeros.

En 2003, Joseph Kabila designó un Gobierno de Transición encargado de dirigir el país hasta la celebración de las elecciones y formado por los dirigentes de los principales grupos rebeldes. El 18 de diciembre de 2005 se celebró el referéndum para la nueva Constitución, que limita el poder del presidente a dos mandatos de cinco años cada uno. Fue la primera votación celebrada en el país desde 1970 y la primera realmente democrática desde su independencia.