MANILA, 7 Dic. (Reuters/EP) -
Los rebeldes maoístas en Filipinas han declarado este viernes un alto el fuego para las festividades de Navidad y Año Nuevo, pero el Gobierno ha dejado claro que no se sumará a la tregua.
Las guerrillas del Partido Comunista de Filipinas, el Nuevo Ejército del Pueblo (NEP) han estado combatiendo contra las fuerzas gubernamentales desde hace 50 años, en una de las insurgencias más antiguas de Asia.
El partido ha informado en un comunicado que suspenderá los ataques contra el Ejército entre el 24 de diciembre y el 26 de diciembre "en unidad con la observación por parte del pueblo filipino de las fiestas tradicionales". La mayoría de la población filipina es cristiana. Asimismo, ha indicado que también habrá otro alto el fuego entre el 31 de diciembre y el 1 de enero.
El ministro de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, ha rechazado la oferta, afirmando que por primera vez en 30 años el Gobierno no suspenderá las operaciones ofensivas militares por las fiestas navideñas.
"Perdemos el tiempo con este alto el fuego", ha dicho Lorenzana. "¿Para qué? Para darles la libertad de reagruparse y renovarse para que después del alto el fuego estemos luchando de nuevo", ha añadido el ministro.
El portavoz del Ejército filipino, el general de brigada Edgard Arevalo, ha dicho que las fuerzas gubernamentales no quieren dar a los rebeldes la oportunidad de "hacer propaganda" y no cesarán las operaciones de combate.
Las fuerzas rebeldes, que se estima que están compuestas por unos 3.000 combatientes, han dejado más de 40.000 muertos en los 50 años de conflicto, principalmente en las zonas rurales del país. Desde 1986, ha venido manteniendo de forma intermitente conversaciones con los rebeldes maoístas, facilitadas por Noruega, pero el actual presidente, Rodrigo Duterte, las suspendió el año pasado.
