Refugiados de Sudán y Sudán del Sur liman sus diferencias en la cancha de baloncesto

Refugiado sudanés en un partido de baloncesto con refugiados sursudaneses
REUTERS / MOHAMED ABD EL GHANY
Actualizado: viernes, 12 octubre 2018 13:40

EL CAIRO, 12 Oct. (Reuters/EP) -

Sudán y Sudán del Sur son dos países arrasados por los conflictos armados que han enviado refugiados a todo el mundo. Algunos de ellos han dejado a un lado la diferencias políticas con los que hace apenas unos años eran sus compatriotas en un simple partido de baloncesto.

Sudán del Sur se independizó en 2011 tras un referéndum pactado en 2005 para poner fin a los enfrentamientos entre las tropas del Gobierno central en Jartum y los separatistas del sur. Poco después, Sudán del Sur comenzó una guerra civil que sumado nuevos refugiados a los generados por los conflictos anteriores en Sudán.

El patio de la iglesia del Colegio de la Sagrada Familia, en El Cairo, sirve de punto de encuentro para estos dos grupos. Se reúnen allí dos veces a la semana para disputar un partido de baloncesto. "Ya éramos amigos antes de la separación", asegura Montaser Mohamed, de Jartum.

Los jugadores, entre los que hay cristianos y musulmanes, solían jugar antes de la división note-sur. Las antiguas disputas ya no tienen cabida. "No hay política entre nosotros. Ninguna en absoluto. Aquí solo jugamos al baloncesto", comenta Mohamed.

Las quedadas no están limitadas a sudaneses y sursudaneses. La bolsa de jugadores incluye también a otros 30 de procedencia subsahariana. "Recibimos a todas las etnias y nacionalidades, así como a los egipcios, aunque tienen su propios clubes", comenta Riyak Joseph, de 31 años.

Joseph agradece al centro cristiano que les ceda la pista de baloncesto para disputar sus partidos porque de otra forma no tendrían forma de hacerlo, ya que tendrían que inscribirse en algún club deportivo, con el consecuente coste.

Si tienen algún en común, más allá de su condición de refugiados, es su pasión por el baloncesto. Joseph, por ejemplo, aspira a seguir los pasos del jugador de la NBA Manute Bol, un refugiado sursudanés de su ciudad natal, Turalei.

Su ambición, sin embargo, no se limita al deporte. Abraham Piom, primo de 19 años de Joseph, quiere estudiar Derecho. "La seguridad es buena aquí. Por eso he aprovechado la oportunidad de ir al colegio y completar mi educación (...) Todos tenemos un sueño".

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