El ministro del Interior aboga por gestionar la inmigración "con cuidado", tras el ingreso de Rumanía y Bulgaria en la UE
LONDRES, 23 Oct. (EP/AP) -
Las autoridades británicas están considerando limitar los permisos de trabajo de ciudadanos búlgaros y rumanos que quieran buscar trabajo en Reino Unido, países que se incorporan como miembros de pleno derecho a la Unión Europea el próximo uno de enero, según informaron hoy fuentes oficiales del Ministerio del Interior británico.
Por su parte, secretaria de Estado para el Sistema de Justicia Penal, la baronesa Patricia Scotland, reconoció en la Cámara de los Lores que habría algunas limitaciones que denominó "controles de transición" a la libertad de rumanos y búlgaros para trabajar en Reino Unido, al menos, de forma inicial, sin dar más detalles. "Abordar el acceso por parte de los nuevos estados miembro (de la UE) al mercado laboral (británico) será gradual", admitió.
Asimismo, Scotland señaló que Reino Unido quiere dar la bienvenida a los nuevos ciudadanos miembros de la UE, pero también tomar nota de las lecciones aprendidas al permitir la entrada sin restricciones de los nuevos países incorporados a la UE en 2004. En este sentido, adelantó que el Gobierno dará más detalles sobre "cómo garantizar que la introducción gradual se gestiona de forma que ambas partes obtengan beneficios de las oportunidades" para los nuevos trabajadores rumanos y búlgaros, a la vez que "salvaguardar el mejor de los intereses de la población (británica)".
Por otra parte, Reino Unido es uno de los tres países excepcionales de la UE que permitieron de forma inmediata el libre flujo de trabajadores procedentes de los nuevos países que ingresaron en la UE en 2004, entre ellos Polonia y nueve otros países de centro Europa y del Este. Cerca de 450.000 personas de estos 10 países escogieron Reino Unido para venir a trabajar, según cifras oficiales.
RESTRINGIR EL CUPO
Mientras la presión política aumenta para impedir que los trabajadores rumanos y búlgaros tengan los mismos derechos laborales, informes del ministro del Interior británico, John Reid, buscan obtener el respaldo del Ejecutivo para restringir el cupo de ciudadanos búlgaros y rumanos para trabajar en el país, aunque dichos informes subrayan que estos controles se reducirán gradualmente en los próximos años.
Así, Reid, cuyo Ministerio abarca la cuestión de la inmigración, señaló que se pronunciará a lo largo de esta semana, aunque anteriormente Reid ya advirtió de que trabajadores rumanos y búlgaros se enfrentarían seguramente a algunas restricciones. "Necesitamos gestionar la inmigración con cuidado, incluso respecto a la próxima decisión sobre Rumania y Bulgaria", admitió hace un mes, poco antes de la aprobación del ingreso de ambos países en la UE.
"Necesitamos considerar con mucho cuidado todas las implicaciones del ingreso de los nuevos estados y garantizar que contamos con todas las salvaguardas necesarias en su sitio (...) para garantizar a la población de que este movimiento se gestionará de forma justa y eficaz", concluyó entonces Reid.
