R.Unido.- Londres endurece la normativa de visados a cónyuges extranjeros para luchar contra los matrimonios forzados

Actualizado: miércoles, 23 julio 2008 19:11

Obligará a los británicos a avisar de su intención de casarse en el exterior y a los contrayentes foráneos a aprender inglés

LONDRES, 23 Jul. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -

El Gobierno británico ha endurecido la normativa que regula los visados de entrada matrimoniales con el objetivo de luchar contra las uniones forzadas mediante el aumento de la edad mínima de los actuales 18 años a los 21 o la firma de un acuerdo en el que el solicitante foráneo deberá comprometerse a aprender inglés antes de viajar al Reino Unido.

Además, los ciudadanos de las islas que pretendan casarse con un extranjero deberán registrar su intención antes de abandonar el país, lo que obligará a dar cuenta de antemano que el matrimonio tendrá lugar en el extranjero, así como quién será el futuro contrayente.

La propuesta, elaborada por el Ministerio del Interior, responde a la proliferación de uniones forzadas por conveniencia y los efectos "terribles" que éstas conllevan, en palabras de su titular, Jacqui Smith, quien alertó especialmente del caso de los jóvenes como los segmentos más vulnerables. Así, las estadísticas del Gobierno revelan que casi un tercio de los 215 casos de uniones obligadas detectadas en 2007 afectaron a personas entre 18 y 21 años.

Aparte, su puesta en marcha implicará nuevos poderes a los organismos encargados del control de los movimients de ciudadanos, de forma significativa en el caso de la Agencia de Fronteras del Reino Unido que podrá llegar a revocar el derecho de permanecer en el país si estima que alguien ha abusado del sistema de visa matrimonial.

GUÍA DE CONDUCTA

Asimismo, los trabajadores de la agencia contarán con una guía de conducta ante la detención de cualquier episodio de coacción para forzar a una unión y deberán supervisar que los cónyuges extranjeros que suscribieron un acuerdo para aprender inglés han cumplido, de modo que, de detectar alguna negligencia, el permiso de entrada podría ser anulado.

El objetivo, según el Gobierno, pretende que quienes deseen residir en las islas "tengan un buen conocimiento del idioma para asegurar que se integran en la vida británica". "Los británicos tienen derecho a casarse con quien elijan, pero queremos que los recién llegados tengan éxito en nuestra sociedad y acepten los estándares que tenemos en común", aseguró el secretario de Estado de Inmigración, Liam Byrne, quien añadió que "esto significa libertad, no estar forzado a casarse, y una adquisición rápida de inglés, con consecuencias para quien rompa las normas".

Por su parte, la ministra Jacqui Smith justificó las medidas en base al "sufrimiento de años de abuso mental y físico" al que conducen los matrimonios forzados e, incluso, el "confinamiento y violación" que llegan a producir los "casos extremos". "No tienen lugar en nuestra sociedad", subrayó, tras lo que incidió en que el Gobierno "esta dispuesto a hacer lo que sea para eliminarlo y asegurar que las víctimas reciben la ayuda y el apoyo que necesitan".