PARÍS, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los principales sindicatos del sector ferroviario en Francia han paralizado parcialmente el servicio de trenes este miércoles, en una jornada de paros que supone la séptima en el mes de abril y que llega después de la aprobación en la Cámara Baja del Parlamento de la reforma del sector impulsada por el presidente del país, Emmanuel Macron.
Los cuatro principales sindicatos del sector ferroviario se oponen a a la modificación de la empresa estatal ferroviaria SNCF, que es la mayor reforma llevada a cabo en el sector desde la nacionalización en 1937 y que está considerada como una prueba a la determinación de Macron de emprender reformas económicas.
Según informa Reuters, la empresa pública SNCF ha dicho que el paro de este miércoles ha provocado que solo operen uno de cada tres trenes de alta velocidad TGV y que se cancelen dos de cada cino en los viajes regionales, mientras que los servicios internacionales se han reducido al 75 por ciento respecto a una jornada normal.
Este seguimiento es menor que el que tuvo la huelga del 3 de abril pero sigue mostrando el rechazo de los sindicatos a la reforma ferroviaria aprobada el martes por la Asamblea Nacional gala.
Según el comunicado distribuido por SNCF, desde las 20.00 horas han circulado dos de cada cinco trenes interurbanos, uno de cada tres trenes de alta velocidad y tres de cada cuatro trenes internacionales, como el Eurostar.
Según 'Le Monde', un 32 por ciento de los empleados de la SNCF han declarado su intención de sumarse a los paros, cinco puntos menos que en la jornada de huelga anterior, la del pasado 13 de abril, y 16 por debajo del inicio de las manifestaciones el día 3 de este mes.
Los paros, iniciados el 3 de abril, durarán 36 días a razón de tres días trabajados y dos de huelga.
LA DEUDA DE LA SNCF, EL TEMA DE DEBATE
La reforma aprobada en primera votación por la Asamblea Nacional este martes está inspirada, según el Ministerio de Transportes, en el modelo ferroviario de la Deutsche Bahn alemana y supone la liberalización del servicio ferroviario francés, hasta ahora manejado por la SNCF.
La empresa pública va a pasar a ser una sociedad anónima con financiación estatal. Según 'Le Point', el Ejecutivo espera que esto empuje a la SNCF a reformarse y a dejar de endeudarse a un ritmo de 3 millones de euros por año.
La inmensa deuda en la que está sumida la compañía es uno de los puntos que provocan más tensión. Los huelguistas desean que sea el Estado el que se haga cargo de la totalidad de los 54,4 millones de euros de deuda, tal y como hizo Berlín con el servicio ferroviario alemán cuando decidió liberalizarlo. Sin embargo, en las entrevistas que ha concedido en BMFTV y Médiapart, Macron solo se ha comprometido a asumir "una parte".
A la reforma ferroviaria todavía le queda un reto: ser aprobada en el Senado. La votación se prevé para el 29 de mayo y el Ministerio de Transportes ha recalcado que espera que la nueva legislación "sea votada definitivamente a principios de julio, como muy tarde", tal y como ha informado Europe 1.
Los trabajadores del sector ferroviario no han sido los únicos que han mostrado su descontento con respecto a la reforma legislativa. La Francia Insumisa, dirigida por Jean-Luc Mélenchon, ha acusado al Gobierno de estar allanando el camino para una futura privatización de la SNCF, según 'Le Point'.
La huelga tampoco está siendo bien llevada por los viajeros habituales de la red de transportes. Según 'Le Monde', alrededor de 30 asociaciones de usuarios y colectivos han lanzado una petición en Change.org para exigir a la empresa pública que les devuelva el coste de sus abonos.
