La situación se complica en Oriente Próximo con el secuestro de dos soldados israelíes por Hezbolá

Actualizado: miércoles, 12 julio 2006 23:26


JERUSALÉN, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

La situación en Oriente Próximo se complicó hoy aún más cuando la milicia chií libanesa Hezbolá secuestró a dos soldados israelíes en un ataque en el que también murieron tres militares hebreos, lo que desencadenó la rápida respuesta de Israel, que recurrió a la aviación, la marina y el ejército de tierra y bombardeó algunos puentes, matando al menos a dos civiles, además de sobrevolar Beirut. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha prometido que Hezbolá pagará "un alto precio" por el secuestro, mientras que la milicia reclama la liberación de los presos a cambio de la de los rehenes.

Este último ataque no ha hecho más que empeorar la situación en la región, que ya se encontraba en una fase complicada desde que el pasado 25 de junio militantes palestinos cercanos al Gobierno de Hamás secuestraran a otro soldado israelí en las inmediaciones de Gaza, lo que provocó la invasión hebrea a la franja, que ya dura dos semanas y ha causado numerosos muertos, al menos 12 en el día de hoy.

Esta mañana a las 09.05 horas (una hora menos en España) Hezbolá capturó a los soldados "cerca de la frontera con la Palestina ocupada, y los cautivos han sido trasladados a una zona segura", declaró el movimiento en un comunicado, en el que preció que el objetivo de este acto es lograr la liberación de presos árabes en cárceles israelíes.

El secuestro se produjo durante un enfrentamiento con artillería en el sur de Líbano entre milicianos y las fuerzas israelíes. Tras confirmar el secuestro de los militares, el Ejército israelí atacó puentes y posiciones de Hezbolá en Líbano y realizó un incursión en su territorio para tratar de localizar a los abducidos. El Ejército amenazó con hacer retroceder a Líbano 20 años si no se libera a los soldados hebreos.

Además, como balance del día, Israel confirmó la muerte de siete de sus soldados en enfrentamientos con terroristas de Hezbolá. El Ejército explicó que tres soldados perdieron la vida en la incursión inicial de milicianos libaneses, mientras que otros cuatro fallecieron cuando su tanque pasó por encima de una mina en el sur de Líbano. El tanque estaba participando en una incursión terrestre en Líbano que tiene por objeto rescatar a los soldados capturados.

Después de la incursión, el Gobierno israelí ordenó que se lanzara un ataque con aviones de combate, tanques y barcos para rescatar a los dos soldados. En el marco de dicha operación, han muerto por el momento dos civiles libaneses y un miliciano de Hezbolá, según confirmó el Ejército israelí.

"ACTO DE GUERRA"

Ante esta situación, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró que el ataque efectuado esta mañana contra Israel y el secuestro de los dos soldados constituyen un "acto de guerra" del que responsabilizó al Gobierno libanés. Asimismo, aseguró que la respuesta israelí a estos ataques será "muy dolorosa".

Olmert, quien ha convocado para hoy a su gabinete de seguridad, afirmó que las agresiones de esta mañana no constituyen un acto de terrorismo sino un ataque a la soberanía del Estado de Israel. El Gobierno de Beirut, del que Hezbolá forma parte, "debe asumir plena responsabilidad" de lo que ocurra.

Durante su reunión, el gabinete de seguridad aprobará esta tarde acciones militares adicionales en Líbano, prosiguió Olmert durante su rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi. "La respuesta israelí será contenida pero muy, muy, muy dolorosa", advirtió.

Sin embargo, el Ejecutivo libanés rechazó tener culpa en el secuestro y se desmarcó de la operación de Hezbolá en su territorio. "El Gobierno no lo sabía, y no tiene responsabilidad ni comparte lo que pasó", declaró a la prensa el ministro de Información, Ghazi Aridi, después de que el Gobierno libanés celebrase una reunión de emergencia.

Agregó que el Ejecutivo de Líbano, dominado por las facciones antisirias pero que también incluye a dos ministros de Hezbolá, está dispuesto a mediar para conseguir una solución a la crisis e instó al Consejo de Seguridad de la ONU a intervenir. Aridi también condenó los ataques israelíes contra las infraestructuras libanesas.

En la otra parte, el líder de la milicia chií, el jeque Hassan Nasrallah, afirmó que los dos soldados israelíes secuestrados no serán puestos en libertad si no es a cambio de prisioneros en cárceles israelíes y confirmó que ambos se encuentran "a salvo y en un lugar lejano".

Asimismo, Nasrallah declaró que la captura de los dos militares hebreos en el sur de Líbano estimulará y ayudará a los palestinos de Gaza, que se enfrentan en las últimas semanas a una operación militar israelí para lograr la liberación de otro soldado secuestrado el pasado 25 de junio.

Nasrallah afirmó que el secuestro de los dos militares "era nuestro derecho lógico y natural". Además, confirmó que sus milicias y las palestinas están abiertas a un acuerdo por el que se intercambie a los tres soldados israelíes por presos árabes.

Según el líder de la milicia, "sería una ilusión" por parte de los prisioneros israelíes pensar que con su campaña militar lograrán la liberación de los soldados. "Ninguna operación militar se los devolverá", señaló en una rueda de prensa en Beirut, puntualizando que "los prisioneros no serán entregados si no es por un camino: negociaciones y comercio", zanjó.

Finalmente, aclaró que sus milicias están preparadas para luchar, aunque abiertas a un alto el fuego. "No tenemos intención de ir a más", añadió

CONDENA UNÁNIME

Las reacciones internacionales a esta escalada de la violencia de Oriente Próximo no se hicieron esperar. Así, la Unión Europea manifestó su "preocupación" por el deterioro de la situación de seguridad en la frontera entre Israel y Líbano y reclamó a Hezbolá la "inmediata e incondicional" liberación de los dos soldados israelíes capturados. Además, en un comunicado, recordó que el Gobierno libanés tiene la "responsabilidad" de prevenir un deterioro de la situación.

Por su parte, la Casa Blanca condenó los secuestros y responsabilizó a Siria e Irán de ellos. "Hacemos a Siria e Irán --que apoyan directamente a Hezbolá-- responsables de este ataque y de la violencia subsiguiente. El terrorismo de Hezbolá no está en el interés de Líbano. Este ataque demuestra que la continua impunidad de Hezbolá para armarse y efectuar operaciones desde territorio libanés es una amenaza directa a la seguridad de los libaneses y la soberanía del Gobierno libanés", apostilló el Gobierno estadounidense.

Asimismo, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, exigió también la liberación de los dos soldados y condenó "sin reservas" la respuesta militar del Ejército israelí en el sur de Líbano. "Condeno sin reservas el ataque en el sur de Líbano y reclamo que los soldados israelíes sean liberados inmediatamente", declaró Annan en Roma.

Por su parte, Damasco acusó a Israel de la escalada de violencia en Líbano y los territorios palestinos y negó que Siria esté implicada en el secuestro de los dos soldados. "Corresponde a la resistencia, tanto la libanesa como la palestina, el decidir qué hacen y porque luchan", declaró a la prensa el viceprimer ministro sirio, responsabilizando en último término a Israel de los secuestros de sus soldados. "Por supuesto, la ocupación (de los territorios palestinos) es la causa que provoca tanto al pueblo libanés como al palestino, y por eso hay resistencia libanesa y palestina", apostilló.