MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades de Sri Lanka mantienen detenidos sin cargos a más de 11.000 prisioneros de etnia tamil en los conocidos como "centros de rehabilitación", a pesar de que el Gobierno asegurara esta semana que a todos los tamiles retenidos en dichos centros son libres para marcharse.
El diario británico 'The Times' informa de que estos prisioneros pertenecen a la "categoría de combatientes", por lo que entre ellos figurarían ex miembros de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE o Tigres Tamiles).
Se cree que muchos de ellos son menores reclutados por los Tigres Tamiles en la recta final del conflicto, así como familiares de rebeldes y administradores civiles. Por ejemplo, los padres del líder fundador del LTTE, Velupillai Prabhakaran --abatido en mayo por las fuerzas gubernamentales-- se encuentran en el complejo "Cuarta Planta", situado en Colombo.
"Hasta julio el (Comité Internacional de Cruz Roja) CICR tenía acceso a doce campos de rehabilitación del área de Vavuniya", dijo un antiguo miembro de Cruz Roja, matizando que hay menos de estos centros de lo que en un principio se pensó. El número exacto de detenidos se desconoce desde que las autoridades bloquearon el acceso a estas instalaciones al CICR.
"Combatientes del LTTE menores de edad, así como la mayoría de los que se rindieron, son enviados a estos campos, mientras que los altos cargos del LTTE son custodiados por los (Departamentos de Investigación Criminal) CID y después enviados directamente a la Prisión de Boosa, cerca de Galle", precisó.
Informaciones recientes apuntan a que las fuerzas de seguridad han realizado nuevos arrestos en las últimas semanas. En virtud del Decreto de Prevención de Terrorismo, las autoridades ceilandesas pueden realizar arrestos por innumerables delitos recogidos en el código penal, y la detención de personas contra las que no se tienen cargos es una práctica común.
El director del Centro para la Promoción y la Protección de Derechos Humanos, V.Yogeswaran, añadió que "algunos hombres" son llevados a los centros de detención "y nunca se dan explicaciones por ello".
En torno a 300.000 civiles tamiles se vieron atrapados por los últimos combates este año entre las fuerzas gubernamentales y el LTTE, que utilizaba a la población como escudos humanos. El Ejército llevó a centros de detención a 280.000, la mayoría de los cuales ya han vuelto a sus lugares de origen, aunque se desconoce la situación de los que continúan retenidos.
