MADRID, 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
Stephon Clark, el afroamericano de 22 años que murió tiroteado por la Policía el 18 de marzo en la localidad de Sacramento, recibió siete balazos por la espalda, según ha revelado este viernes la autopsia independiente reclamada por su familia.
El forense Bennet Omalu ha indicado que Clark fue alcanzado en el cuello, la espalda y el muslo, provocando un "derrame masivo", según ha informado el diario estadounidense 'The Washington Post'.
"Su muerte no fue instantánea", ha manifestado, antes de agregar que se desangró "durante entre tres y diez minutos" antes de fallecer.
El anuncio de los resultados de la autopsia han llegado un día después de una nueva manifestación en Sacramento por la muerte de Clark a raíz de la publicación del vídeo de la Policía sobre el incidente.
La Policía ha asegurado que el vídeo, capturado por las cámaras incorporadas en el cuerpo de los agentes involucrados en el incidente registrado hace una semana, muestra a la víctima, de 22 años, sosteniendo un objeto que más tarde resultó ser un teléfono. El vídeo fue publicado por la Policía varios días después del suceso.
La Policía de Sacramento ha asegurado que los disparos se debieron a que alguien informó de que se rompieron las ventanas de un automóvil en una zona residencial donde los agentes encontraron más tarde tres vehículos dañados. Los agentes han señalado que el sospechoso también fue visto desde un helicóptero rompiendo una puerta de vidrio de una casa antes de saltar una valla en el patio de al lado.
El vídeo de las cámaras de los agentes muestra cómo dos agentes persiguen a Clark a través de la oscuridad con sus linternas y doblan la esquina de una casa llegando hasta el patio trasero. "Muéstrame tus manos", grita la Policía antes de abrir fuego.
Los agentes habían visto a Clark "avanzando con los brazos extendidos y sosteniendo un objeto", que erróneamente creyeron que era un arma, según ha afirmado la Policía.
La muerte de Clark se suma al gran número de ciudadanos afroamericanos que han muerto a manos de la Policía durante los últimos años, lo que ha provocado numerosas protestas a nivel nacional y ha abierto un debate sobre el racismo y la parcialidad de las fuerzas y cuerpos del estado, así como del sistema judicial del país.
