PARÍS, 7 Feb. (Reuters/EP) -
El primer ministro de Malí, Oumar Tatam Ly, ha anunciado que la semana que viene podrían comenzar las conversaciones preliminares de paz que intentarán poner fin a las continuas revueltas de los rebeldes tuaregs en el norte, que reclaman el establecimiento de un estado independiente.
"Estamos decididos a avanzar e incrementar los contactos con grupos armados para hacer progresos", ha afirmado Tatam Ly en una rueda de prensa junto al ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius.
Malí se vio sumida en una ola de caos y violencia desde que en 2012 los separatistas tuareg, junto a milicianos vinculados a la organización terrorista Al Qaeda, se hicieron con el control del norte del país. El año pasado, Francia decidió desplegar tropas para ayudar a controlar la situación.
Tras la intervención francesa, Malí consiguió realizar elecciones democráticas y Tatam Ly fue nombrado primer ministro. Sin embargo, las conversaciones entre el Gobierno, los tuaregs y los rebeldes árabes se han estancado.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que ha enviado esta semana una delegación a Malí, ha advertido de que el fracaso del acuerdo podría provocar la radicalización de los milicianos y minar las victorias en seguridad obtenidas durante los últimos meses.
Tatam Ly ha explicado que ha realizado una hoja de ruta junto al Consejo de Seguridad, que incluye la realización de tres seminarios la semana que viene, en presencia de miembros de la ONU y en los que acudirán grupos armados y miembros de organizaciones civiles del norte.
"Las cosas tienen que moverse rápidamente. La situación está más abierta que hace meses, aunque todavía hay muchos obstáculos", ha afirmado el mandatario maliense. El objetivo de estos encuentros es llevar a la celebración de un foro entre estos grupos y el Gobierno.
Estas sesiones iniciales se centrarían en "aprender" de los errores de las anteriores conversaciones de paz, en las que no se consiguió alcanzar ningún acuerdo, la inclusión de los rebeldes en cuarteles de las autoridades y acercar los servicios sociales y administrativos del Ejecutivo de nuevo al norte del país.
