UE/África.- Mugabe pasa de héroe a villano en su retorno a Portugal catorce años después para la Cumbre UE/Africa

Actualizado: jueves, 6 diciembre 2007 20:20

LISBOA, 6 Dic. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro) -

La participación del Presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, en la II Cumbre Unión Europea-África, que este fin de semana se celebra en Lisboa, ha generado mucha polémica, hasta el punto que el primer ministro británico, Gordon Brown, no asistirá, y también preocupación, ya que son muchos los que creen que su presencia desviará la atención de los trabajos. Sin embargo, no siempre fue así. Hace 14 años, en su última visita a Portugal, fue recibido con honores de Estado y puesto como ejemplo para toda África.

La presidencia portuguesa de la UE invitó oficialmente a Zimbabue a participar en la Cumbre, a pesar de la negativa de Reino Unido, que amenazó con no asistir al más alto nivel y lo cumplió, ya que el primer ministro estará representado por la ex ministra Valerie Amos. Una actitud que hoy mismo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo "respetar", pero matizó que él se lo tomó como una cuestión de realismo político.

En primer lugar, señaló que no sólo hay problemas de Derechos Humanos en Zimbabue, también en otros países de África y en "algunos casos en América Latina". "Si la política es no estar presentes" en reuniones con este tipo de socios, "no podríamos participar en conferencias internacionales fuera de Europa", admitió Barroso, que lamentó que "incluso en Europa hay casos que causan mucha preocupación".

Para resumir, el presidente de la Comisión recordó unas palabras que, apuntó, le dijo el propio Brown: "a veces hay que reunirse con personas con quien tu madre no querría verte". "Mi postura es que tengo que reunirme con gente con la que a mi madre no le gustaría verme", concluyó.

Pero a pesar de las palabras de Barroso y de la invitación oficial, fueron muchas las voces, incluida la del jefe de la diplomacia lusa, Luis Amado, y el ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, que manifestaron públicamente que era deseable que Mugabe no asistiese, porque su presencia desviaría la atención de los medios de comunicación, que se centrarían más en él que en los trabajos de la Cumbre. Mugabe hizo oídos sordos y mañana estará en Lisboa.

Este rechazo y esta polémica en torno a Mugabe contrasta con la anterior visita del presidente de Zimbabue a Portugal, en 1993. En esa época fue recibido con todos los honores por los entonces jefes de Gobierno, Aníbal Cavaco Silva, actual presidente de la República, y jefe de Estado, Mario Soares. Ambos pusieron al líder africano como ejemplo de "tenacidad y sentido de diálogo".

Soares enalteció "la larga experiencia y el prestigio" de su homólogo africano, como factores que podrían "dar una contribución muy positiva en busca de la paz" a países como Angola. Por su parte, Cavaco consideró que "el proceso que llevó a la independencia de Zimbabue fue un ejemplo para toda África" porque estuvo basado en "el diálogo entre los partidos y en el respeto por la voluntad del pueblo expresa en elecciones libres", afirmaba en 1993 el actual presidente de Portugal.

Es cierto que las circunstancias eran diferentes. En la década de los 80 Mugabe era considerado uno de los pilares del África post-independencias. Fue un activo mediador de la paz en Mozambique y en el África austral. Tras diez años en la cárcel por defender los derechos de los negros, asumió la jefatura del Gobierno de su país en 1980 y en 1986 la del Estado. Además, presidía el grupo "Línea de frente", creado para combatir la política del 'apartheid' surafricana.

Las cosas cambiaron poco después de su visita a Portugal en junio de 1993. Primero amenazó con expulsar del país a los blancos que siguiesen dando pruebas de racismo. Después acusó a esos mismos blancos de ejercer presiones económicas para que el Gobierno abandonase su proyecto de nacionalización de tierras pertenecientes a agricultores blancos.

El resultado una falta absoluta de respeto por los Derechos Humanos y una grave crisis económica, política y social en la que Zimbabue está inmersa desde hace diez años. De hecho, fue a mediados del año 2000 cuando la mayoría de las potencias occidentales pasaron a responsabilizarlo por la grave situación del país.

Las agencias humanitarias estiman que en estos momentos en el país hay cuatro millones de personas que necesitan asistencia alimentaria de emergencia, consecuencia de la caída de la producción agrícola, iniciada con la reforma agraria de 2000, que supuso la expulsión de más de 4.000 latifundistas blancos y que se ha visto agravada por la sequía.

Este cambio de actitud por parte de Portugal hacia Mugabe fue explicado hoy por el propio presidente de la Comisión Europea. En rueda de prensa desde Bruselas, Barroso admitió que se reunió con el presidente de Zimbabue, en varias ocasiones en el pasado cuando era primer ministro luso, incluso para asistir al funeral de su primera esposa.

Barroso afirmó que "Portugal ha recibido a Mugabe igual que otros Estados miembros", aunque admitió acto seguido que "ha habido una evolución muy negativa" en el país africano. "En Europa todos tenemos mucho respeto por los que han contribuido a liberar a África y por eso no entiendo que los que han hecho esta labor de la liberación de su país no lo hagan ahora con la liberación de sus pueblos", dijo Barroso que, una vez más, insistió en que la Cumbre UE-África no debe circunscribirse a lo que ocurra en torno a Mugabe