UE/China.-La UE exige a China una competencia leal si quiere que Europa le abra sus mercados

Actualizado: miércoles, 25 octubre 2006 0:08

ESTRASBURGO, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea aprobó hoy una nueva y ambiciosa agenda bilateral con China cuya meta es actualizar unas relaciones marcadas por el nuevo papel del gigante asiático en el mundo, tanto desde el punto de vista político como económico. La nueva estrategia, diseñada simultáneamente por el responsable europeo de Comercio, Peter Mandelson, y la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, abarca desde la cooperación en la lucha contra el cambio climático hasta la inmigración ilegal pasando por la colaboración científico-técnica.

No obstante, el mensaje más claro que se puso encima de la mesa durante la presentación de la iniciativa fue la exigencia de que la apertura de los mercados europeos a los productos chinos pasa por aceptar las mismas reglas de juego y competir de manera limpia.

"Europa tiene interés económico en que China sea económicamente fuerte ya que ambas partes se benefician de la apertura, pero la fuerza comercial de China significa mayores expectativas. China debe cumplir sus obligaciones en el marco de la OMC y respetar las normas comerciales. Europa debe aceptar la competencia feroz pero China debe garantizar que su competencia sea leal", destacó Mandelson.

"Es muy difícil, desde el punto de vista político, defender la apertura hacia China en Europa si la percepción que existe es que China no se toma las cosas en serio o no compite limpiamente", añadió el responsable de Comercio.

A su juicio, la de China no es una "amenaza" de la globalización sino la historia de un "éxito de la globalización". El planteamiento fundamental de la UE con respecto a China sigue siendo una asociación estratégica "más estrecha" que suponga el incremento de las "responsabilidades mutuas".

La iniciativa establece un planteamiento completo que concede prioridad a la transición de China hacia una sociedad más abierta y plural; al desarrollo sostenible, incluida la cooperación en materia de energía, cambio climático y desarrollo internacional; a las relaciones comerciales y económicas y a la consolidación de la cooperación bilateral, incluido el ámbito de la ciencia y la tecnología y la inmigración.

Se tiene también en cuenta la defensa de la seguridad internacional, tanto en el Este de Asia como en otras zonas y, en general, todo lo relacionado con el problema de la no proliferación nuclear. La estrategia está acompañada por un documento sobre política comercial que detalla los retos a los que se enfrentan las actividades comerciales y de inversión de la Unión Europea y supone una "buena base" en palabras de la comisaria Ferrero-Waldner para negociar un nuevo acuerdo marco de asociación a principios de año.

La UE y China suman la cuarta parte de la población del planeta y el país asiático es la cuarta potencia económica mundial, el tercer mayor exportador y tiene un creciente peso político en el mundo. A medida que crece está entrando en un período nuevo y estimulante de su proceso de reformas económicas y sociales y Europa, según el documento elaborado por Bruselas, tiene un gran interés político y económico en apoyar una transición de China hacia un país "próspero, estable y abierto que respete el Estado de Derecho y los principios del libre mercado".

La cumbre Unión Europea-China celebrada en Helsinki el 9 de septiembre acordó abrir las negociaciones de un nuevo Acuerdo de Asociación y Cooperación que abarque la totalidad de las relaciones entre la UE y China, incluida una cooperación reforzada en asuntos políticos, y que será el mecanismo clave para hacer progresar esta asociación. Los preparativos ya están en marcha y la comisaria Ferrero-Waldner abrirá formalmente las negociaciones durante una próxima visita a China.

COMERCIO INTERNACIONAL

La revisión estratégica, que forma parte del marco general de política comercial de Europa puesto en marcha en octubre de 2006, refleja los grandes cambios en el comercio entre la UE y China y la importancia de controlar el gran peso de China en el nuevo sistema comercial mundial.

Sostiene que, tanto China como Europa, se han beneficiado del crecimiento económico de Beijin a pesar de la presión competitiva que ha ejercido en la economía mundial y que el creciente poderío comercial de China supone para ella nuevas responsabilidades de respeto de sus obligaciones en el marco de la OMC, de abrir sus mercados y de atenerse a las normas comerciales.

Establece una gama de estrategias para mejorar las condiciones en que las empresas de la UE negocian en China, como un mejor acceso al mercado, medidas más contundentes contra los delitos de propiedad intelectual y más recursos para las actividades empresariales en China.