La presidencia española quiere cerrar un acuerdo a finales de abril
BRUSELAS, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea hoy lunes el ritmo al que avanzan los trabajos para poner en pie el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) que servirá de instrumento para reforzar y dar coherencia a la política exterior de la UE, tal y como contempla el Tratado de Lisboa.
La Alta Representante y vicepresidenta de la Comisión Europea, Catherine Ashton, presentará a sus colegas su propuesta de organización y funcionamiento de este nuevo servicio y, según fuentes diplomáticas, mantiene su intención de aprobarlo el próximo mes de abril.
Para ello el Consejo Europeo tendrá que contar antes con el visto bueno del Parlamento. También la presidencia de turno del Consejo, en manos de España, asegura estar haciendo "el máximo esfuerzo" para lograr un acuerdo a finales de abril.
Hoy se estudiarán los elementos básicos del futuro cuerpo diplomático de la UE, es decir su perímetro de actuación, funcionamiento, contratación de personal, relación con otras instituciones y áreas de responsabilidad. Una vez logrado el consenso de los 27 se le dará carta de naturaleza jurídica y posteriormente se procederá al nombramiento de su secretario general.
El Servicio Exterior tendrá una dotación económica de 50.000 millones de euros hasta 2013 y unos 5.000 funcionarios. En su estructura se integrará la política europea de seguridad y defensa; la gestión de crisis; la planificación de las misiones civiles y el personal militar. La toma de decisiones seguirá en manos del Consejo y de la Comisión, que mantiene también la competencia para la aplicación técnica de las acciones enmarcadas en este ámbito.
Tendrá una naturaleza 'sui géneris' separada del resto de instituciones y gozará de autonomía en la gestión de su personal y la administración del presupuesto, separado del presupuesto comunitario. Sus equipos trabajarán en coordinación con los servicios diplomáticos de los Estados miembros y contarán con personal de la secretaría del Consejo, de la Comisión y un tercio procedente de los propios Estados.
Además, las oficinas que la Comisión Europea tiene desplegadas en todo el mundo pasarán a ser delegaciones de la UE y ofrecerán apoyo diplomático y consular a los ciudadanos europeos en terceros países.
Durante su última comparecencia en la Eurocámara, Ashton defendió la necesidad de un servicio diplomático europeo fuerte para recuperar el peso perdido en la esfera internacional y evitar que sean otros quienes "tomen las decisiones".
HAITI, AFGANISTAN, LIBIA E IRAN
Por otro lado, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores acordará la postura que llevará la UE el 31 de marzo a Nueva York, donde se hará la Conferencia internacional de donantes para la reconstrucción de Haití tras el terremoto del pasado 12 de enero. Se reiterará el compromiso de los 27 a seguir apoyando al país con ayuda humanitaria y medidas de urgencia ante la llegada de la estación de las lluvias.
Los responsables de Exteriores discutirán igualmente la situación en Afganistán y los esfuerzos desplegados por la UE sobre el terreno en presencia del nuevo representante único de la Unión Europea en Kabul, el antiguo jefe de la diplomacia lituana, Vygaudas Usackas, que será nombrado formalmente el lunes para el cargo y tomará posesión el 1 de abril.
La elección de Ashton para la delegación europea en Afganistán ha sido polémica por la supuesta vinculación de Usackas con la permisividad de su país hacia las cárceles secretas de la CIA.
Libia estará igualmente en el orden del día del Consejo, que verá los esfuerzos diplomáticos llevados a cabo para desatascar el contencioso entre Suiza y Libia provocado por la decisión de Trípoli de suspender la concesión de visados a los países del espacio Schengen, en respuesta a la decisión suiza de impedir la entrada en su territorio al líder libio, Muamar el Gadafi, y a miembros de su familia.
La Unión Europea pedirá, por último, a las autoridades iraníes dejar de inhibir las emisiones televisadas europeas vía satélite y de censurar Internet así como poner fin a las interferencias electrónicas de manera inmediata, un hecho que fuentes diplomáticas consideran "inaceptable".
