BRUSELAS, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) de la UE, Javier Solana, defendió hoy la solidaridad que tiene que existir dentro de la Unión Europea entre los países más ricos y los más pobres y reivindicó el papel de promotora de la paz de una Unión que se encuentra en "dificultades" debido a su "crecimiento", pero no en crisis.
Solana se refirió al importante papel de la UE como estabilizadora de una Europa que "en el siglo pasado fue exportadora de guerras" y aseguró que actualmente es admirada por el resto del mundo, durante la ceremonia en la que le fue entregada la Medalla del Instituto Real de Estudios Europeos en reconocimiento de su trayectoria profesional en las instituciones europeas y la anterior.
Esta institución, con sede en Zaragoza, se dedica desde hace 20 años a promover la idea de la integración europea, por ejemplo, por medio de cursos y másters de formación. Antes que Solana, recibieron el galardón el rey Juan Carlos, los ex presidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar, y el ex secretario general de la ONU Butros Ghali.
Después de agradecer la distinción, Solana se refirió a la situación actual en la que se encuentra la UE. Al respecto, negó que esté atravesando por "la crisis más grave", sino por "un momento en el que hay una dificultad de crecimiento, no una crisis de marcha atrás, sino adelante".
A este respecto, consideró que el rechazo a la Constitución europea por parte de los electores franceses y holandeses se debió más a cuestiones del "ambiente político" interno que al texto en sí mismo.
En términos generales, Solana aseguró que la integración europea "es el proceso más hermoso inventado nunca" y lamentó que "sólo nos damos cuenta cuando parece que los vamos a perder", una opción que descartó y aseguró que "cualquier paso atrás en la construcción europea sería una tragedia", también para "la paz en el mundo".
Se refirió al concepto de "solidaridad" como uno de los valores que tienen que darse dentro de la UE, donde la entrada de 10 nuevos Estados miembros ha evidenciado la clara separación entre países más ricos y más pobres. Asimismo, apeló al "esfuerzo y sacrificio que todos tenemos que hacer, no es nada más ni nada menos que una virtud llamada solidaridad".
Por otra parte, señaló a la "solidaridad" como uno de los principios "morales" que la UE no quiere imponer al resto del mundo, "pero sí explicar porque cree que son buenos".
Aseguró que hoy "todavía hay más demanda de Europa en el mundo". "Cuando pensamos que estamos en crisis y escuchamos lo que dicen dirigentes del mundo y lo que se dice desde Europa es como si viviéramos en mundos diferentes", apostilló.
