BRUSELAS, 30 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente de turno de la Unión Europea, el canciller austriaco Wolfgang Schuessel, fueron hoy los anfitriones de una reunión a la que estaban invitados los líderes de las principales confesiones religiosas para discutir de manera informal sobre los derechos fundamentales y el respeto mutuo.
Al encuentro, que se inició a las 15.00 horas y se prolongó hasta pasadas las 18.00, acudieron el líder espiritual del budismo, Dalai Lama, el presidente de la comunidad islámica de Austria, los rabinos que dirigen las comunidades judías en Estraburgo y Bruselas y representantes de distintas ramas del cristianismo.
Las iglesias anglicana, ortodoxa, protestante, evangélica y el presidente de la Conferencia de Iglesias Europeas también acudieron a la cita. El cardenal de Lisboa, el arzobispo de Viena, y el presidente de la Conferencia de obispos de la UE, representaron a los católicos.
Al término del encuentro, Barroso destacó la necesidad de fomentar el respeto basado en el reconocimiento del otro, la responsabilidad de la UE tanto dentro de Europa como fuera de ella para mantener estos valores y continuar la lucha contra todo tipo de discriminación, racismo, antisemitismo e islamofobia.
Al hablar concretamente del Islam, puso el acento en que forma parte de Europa y que "no es algo exógeno sino endógeno" por lo que debería evitarse que la gente tenga que elegir entre sus creencias y los valores europeos porque la UE debería ser capaz de integrar todas las posiciones.
Subrayó también que hay ciertos valores que para la UE son "innegociables", como la dignidad de la persona y la libertad, valores, dijo, que aparecen como condición 'sine qua non' para la unión en la diversidad. Desde el punto de vista institucional, resaltó que la reunión de hoy demuestra que el diálogo es posible basándose en el respeto de las creencias de cada uno.
Por su parte, el canciller austriaco y presidente de turno de la UE, Wolfgang Schuessel, puso de relieve la importancia de tener un diálogo regular con las religiones más importantes de Europa para discutir valores comunes y problemas reales de la sociedad europea.
Y evocando a Jacques Delors, recordó que tenía razón cuando decía que "si tuviera que reinventar Europa comenzaría con el alma". "Y alma --agregó Schuessel-- significa comenzar con la verdadera creencia, que es lo que Europa significa".
"Creemos en el proyecto europeo, necesitamos valores comunes y algo más que una moneda común, más que un mercado único, más que un objetivo económico común: construir con bases sólidas discutir de manera honesta, problemas, retos y oportunidades para el futuro", resumió.
Schuessel avanzó que tiene la intención de hablar con las siguientes presidencias --Finlandia y Alemania-- para que la iniciativa que arrancó hoy tenga continuidad en el futuro. "El diálogo no debe ser un fin sino un instrumento", ilustró el canciller austriaco.
