BOGOTÁ, 5 Dic. (Reuters/EP) -
Las víctimas de minas antipersona se han triplicado en Colombia durante 2018 porque los grupos armados que rivalizan por ocupar el espacio dejado por la extinta guerrilla de las FARC tras el acuerdo de paz están usando estos artefactos para ganar territorio, según el informe publicado este miércoles por la Campaña Colombia Contra las Minas (CCCM).
La CCCM señala que en lo que va de año se han registrado al menos 180 víctimas de minas antipersona, la mayoría en las zonas de selva y montaña que copan las disidencias de las FARC, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros actores armados. En 2017, la cifra total fue de 56 víctimas, entre muertos y heridos.
El director nacional de la CCCM, Álvaro Jiménez, ha señalado a Reuters que esto supone "un incremento de más de un 200 por ciento de personas que han sufrido accidentes con minas, muchas con daños dramáticos para sus cuerpos". "Debemos lanzar una alerta porque no podemos permitir que Colombia vuelva a estar entre los más países afectados", ha dicho.
En el último año, ha cambiado además el perfil de las víctimas. A diferencia de periodos anteriores, cuando la mayoría eran miembros de la Fuerza Pública --militares y policías--, esta vez los más afectados por las minas antipersona han sido civiles.
La CCCM ha explicado que el creciente número de víctimas civiles se debe a que los grupos armados que aspiran a controlar los antiguos territorios y negocios de las FARC no advierten a los lugareños sobre la colocación de estas municiones, algo que sí hacía la desaparecida guerrilla.
El acuerdo de paz firmado en 2016 por el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC ha permitido que Colombia despeje de minas casi dos millones de metros cuadrados, una mínima parte de la extensión que estaría contaminada. El país se ha fijado como meta erradicar estos artefactos para 2021.
Sin embargo, de acuerdo a la nueva dinámica del conflicto armado en Colombia, que desde el acuerdo de paz ha entrado en una escalada de violencia por la pugna entre los viejos y nuevos grupos armados, es poco probable que logre dicho objetivo, ha alertado la CCCM.
