El hombre que disparó a su mujer en Fataga ingresa en prisión acusado de un delito de lesiones imprudentes

Actualizado: sábado, 21 octubre 2006 18:00


LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

La familia de la mujer que el pasado martes recibió un tiro de escopeta en su casa de Fataga está convencida de que el autor de la agresión ha sido su propio marido, Juan Santana Corujo, quien anteayer fue enviado a prisión por la juez que instruye el caso en los Juzgados de San Bartolomé de Tirajana, ya que hasta la fecha ha permanecido encerrado en los calabozos del Cuerpo Nacional de Policía de Maspalomas.

La juez del juzgado de primera instancia e instrucción número tres en funciones de guardia ha imputado a Santana el delito de tenencia ilícita de armas y lesiones imprudentes causadas a Remedios Rodríguez Santana, motivo por el que ha decretado su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza como medida cautelar, según recoge un comunicado emitido por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Además, en la nota de prensa se aclara que el testimonio de Remedios Rodríguez es fundamental para el esclarecimiento del suceso. Sin embargo, la esposa del imputado se encuentra hospitalizada en estado crítico y sedada, con unas lesiones cuyo alcance imposibilitan que pueda prestar declaración. Hasta entonces no se podrá concretar si ha habido intencionalidad en el disparo que se produjo en el momento de los hechos, o si por el contrario todo se debe a un accidente, tal y como sostiene el ahora imputado en su versión de lo ocurrido.

También añade el escrito que se acordará remitir las actuaciones al juzgado de primera instancia e instrucción número ocho de San Bartolomé de Tirajana, que tiene competencias en los casos de violencia sobre la mujer, siempre y cuando existan indicios de que pueda tratarse de un asunto de violencia de género.

Precisamente esa es la conclusión a la que han llegado los parientes de Remedios Rodríguez, después de declarar ayer en el juzgado y de conocer algunas de las explicaciones esbozadas por el presunto agresor. "Vamos a intentar que este señor no se salga con la suya porque no fue un accidente, el tiro se lo pegó a bocajarro", afirmó ayer el sobrino político de la víctima y portavoz de la familia, Juan Carlos Borreguero Alejo, mientras esperaba fuera de los tribunales a que el hijo mayor del matrimonio y unos vecinos dieron sus testimonios a la juez.

Según Borreguero, el primogénito reconoció ante la autoridad judicial que las discusiones entre sus padres eran frecuentes, e incluso que se insultaban y que en ocasiones su madre había sido amenazada de muerte. También una vecina y amiga íntima de la víctima declaró que Rodríguez era maltratada psicológicamente por su marido, puesto que la ninguneaba constantemente y no la dejaba relacionarse con normalidad con la gente del pueblo, hasta el punto de obligarla a dejar el trabajo que ésta tenía como asistenta en Tunte.

Esta vecina, que estaba en el consultorio médico de Fataga cuando Santana llevó a su mujer hasta allí para que la auxiliaran, asegura que el marido estaba interesado en que contara que todo fue fortuito. "Diles que fue un accidente", decía a su esposa mientras ésta recibía las primeras atenciones y la trasladaban al campo de fútbol en el que posteriormente la evacuó un helicóptero del Servicio de Urgencias Canario.

El propio Borreguero, que fue quien reveló este episodio transcurrido en el dispensario, encontró en la cabaña en la que se produjo la supuesta agresión un pequeño arsenal de armas, compuesto por varias empuñaduras de escopeta, tubos de cañones recortados y munición (cinco balas parabellum de 9 milímetros y una de rifle del calibre 22, aparte de 77 fulminantes para abrir agujeros en hierros y hormigón).

En cualquier caso, Santana no dispone de pistola, aunque manifestó a un vecino su intención de conseguir una. En cuanto al accidente al que alude, Borreguero apuntó que él mismo se ha contradicho, ya que en un primer momento dijo a la policía que se encontraba limpiando la escopeta cuando se disparó, y luego que fue el calor producido por una soldadura que en esos momentos realizaba lo que hizo estallar el cartucho que abrió un boquete en el cuerpo de su mujer. Sin embargo, el cartucho estaba percutido, lo que ha juicio del portavoz demuestra que Santana miente. El imputado no se interesó ayer ni por su mujer ni por sus hijos, y sí por el estado en el que se encuentran los 50 animales que tiene en su cabaña de Fataga.