Tres leones, tres victorias

Actualizado: domingo, 12 noviembre 2006 17:00


SANTA CRUZ DE TENERIFE, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

El escudo de Santa Cruz de Tenerife posee los elementos que hicieron a la capital dotadora del título de Muy noble, leal e invicta y muy benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. El broquel está adornado con tres cabezas de león negras, como los negros acontecimientos - pesar de ser cruzadas vencidas-, que representan: las batallas contra los almirantes ingleses Blake, Jennings y Nelson.

El escudo de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife fue concedido por el rey Carlos IV, por Real Orden de 28 de agosto de 1803. La mayoría de los elementos del escudo hacen alusión a la gesta del 25 de julio y a la fundación de la ciudad. La tercera cabeza, el ataque de Nelson, está atravesada por la espada de la Orden de Santiago de color rojo que se asoma detrás de la cruz fundacional. Santiago es el patrón de la ciudad porque fue precisamente un 25 de julio cuando se venció a Nelson. También aparecen Cristóbal, San Juan y Paso Alto, fortalezas defensivas de Santa Cruz, y cuatro anclas de plata, que representan al puerto, fundamento de la vida y la economía santacrucera. La Medalla de la Cruz de Primera Clase de Beneficencia, fue otorgada en 1893 por la reina regente María Cristina para agradecer la solidaridad de los santacruceros durante la epidemia de cólera de aquel año.

Primera cabeza: Blake

En 1657, Santa Cruz registra el ataque del almirante inglés Robert Blake, quien pretendía hacerse con el cargamento de la flota de Nueva España. Al alba del 30 de abril aparecieron los barcos del almirante Blake, en plan de divisiones de ataque acercándose a la bahía. Del castillo de San Cristóbal se dio el primer cañonazo de alarma. El intercambio de disparos duró todo el día, y los británicos se vieron obligados a replegarse con bastante daño en sus naves, con 60 muertos y centenares de heridos. Ésta sería la última acción de Blake, ya que murió ese mismo año. Con aquella victoria se ganó para Santa Cruz la primera cabeza de león, animal que también adorna el blasón inglés.

Segunda cabeza: Jennings

Los ingleses, tras sendas victorias en Cádiz, Gibraltar y Cataluña, en 1706 presumían de que someterían a las Canarias, sólo con presentarse armados y hacerse obedecer. Con este fin, se dirigió a ellas la escuadra del general John Jennings, compuesta por 13 navíos. El 5 de noviembre de 1706, a las 5 de la tarde, se avistó al enemigo desde Santa Cruz. Al rayar el alba del día 6, se reconoció que se acercaban al puerto; y, viendo que a las 8 de la mañana ponían banderas francesas, cambiándolas poco después por inglesas de color azul no quedó duda de que el enemigo se avecinaba. Tras el aviso, amanecieron en Santa Cruz más de 4.000 hombres.

Los navíos ingleses estuvieron acordonados con las proas al puerto y a tiro de la artillería chicharrera, y empezaron a hacerles fuego San Cristóbal, San Juan, y todas las demás baterías. Tras dos horas de combate, los ingleses echaron al agua 37 lanchas; pero fue tal el fuego que se les hizo desde las fortalezas y tanto el daño que sufrieron los que se habían acercado, que tuvieron que retroceder. No obstante, a las tres de la tarde volvieron a enviar otra lancha a tierra con bandera de paz y un cabo que pedía audiencia. Traía una misiva de Jennings con una serie de engaños sobre la marcha de la guerra y sus intenciones. La respuesta de los de Santa Cruz dejaba clara su "obligación de fidelísimos vasallos de S. M. católica Felipe V (que Dios prospere) hasta el último espíritu". Los ingleses se retiraron a las 7 de la noche.

Tercera cabeza: Nelson

En 1797, el almirante Horacio Nelson atacó Santa Cruz de Tenerife para someter a la isla al mandato de la Corona Británica. Contaba con seis navíos y una bombardera. Nelson organizó una fuerza de desembarco, pero sus planes pronto comenzaron a torcerse, ya que sus buques fueron avistados en la noche del 21 al 22 de julio y el gobernador de Tenerife, el teniente general Gutiérrez, dio la orden de preparar las defensas para un inminente ataque. Tras dos intentos fallidos, a primera hora del día 25 de julio, las lanchas de desembarco inglesas comenzaron a navegar hacia el muelle, en plena noche, con visibilidad escasa y prácticamente en silencio total. Según parece, los ingleses cubrían sus lanchas con lonas, para evitar ser descubiertos, pero aún así fueron detectados. Las baterías hicieron fuego sobre las fuerzas invasoras, y la resaca dispersó las lanchas. Sólo tres grupos pudieron dirigirse al muelle, de los que únicamente lograron desembarcar los hombres de cinco lanchas.

Nelson viajaba en el cuarto bote de los que pudieron desembarcar, pero antes de llegar a tierra firme recibió un impacto procedente del cañón Tigre, que le destrozó el brazo. Fue evacuado. Los tres grupos de lanchas restantes arrastrados por el mar, fueron castigados por la artillería, y algunos se apearon al sur de la ciudad.

El gobernador Gutiérrez, ocupó rápidamente el muelle para evitar la llegada de refuerzos. Todos los intentos de ayuda de Nelson a sus hombres cercados fueron infructuosos. Aquella situación obligó a los británicos a negociar con Gutiérrez, que logró una capitulación honrosa. Así fracasaba el tercer y último intento de Nelson. La rendición se firmó el día 25, y los más de 300 ingleses que estaban en Santo Domingo desfilaron hacia la plaza de la Pila y reembarcaron en embarcaciones inglesas y algunas canarias.