Coronavirus.- "El humor en las crisis no es frivolizar, es una reacción natural de la mente humana para quitar estrés"

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Publicado: domingo, 29 marzo 2020 10:24

   LOGROÑO, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

   "El humor en tiempos de crisis como el que estamos viviendo no supone frivolizar la situación, es solamente una reacción natural de la mente humana, una emoción básica de las personas, que nos sirve para amortiguar la tensión y el estrés de un momento nuevo y difícil. Para quitarle hierro, en definitiva".

Así ve el experto Pepe Martínez Rodríguez, profesor del Máster en Neuromárketing de UNIR y director de Márketing del Grupo Kantar-Millwarbrown, la proliferación de memes, chistes, vídeos y notas de voz humorísticas que, desde el comienzo de la crisis sanitaria por el COVID-19, proliferan especialmente por las redes sociales.

   En una entrevista mantenida con Europa Press, Martínez señala que "el humor aparece en situaciones en las que la ansiedad, el miedo o el estrés son intensos, como amortiguador de una situación difícil de soportar". "Y en una situación como la actual -apostilla- más aún, porque es desconocida".

   En sus palabras, con el humor "le intentamos quitar hierro al asunto", relacionando, como "emoción básica en el ser humano", las cosas que nos preocupan con los aspectos que nos liberan de la tensión, "de modo que nuestra mente se dirige a cosas básicas, a comportamientos básicos, como el de comprar papel higiénico, por ejemplo".

En ese marco de estrés y miedo se entiende el chiste "como una válvula de escape". Una forma más, "como recomiendan los psicólogos, de buscar pensamientos o escenarios positivos donde parece difícil encontrarlos", y que, en es caso de la presente crisis sanitaria, podría pasar, como ejemplo también, "por pensar en el final de la cuarentena".

   Además, el profesor de la UNIR apunta otro factor determinante en el 'humor en tiempos de crisis', como es la creatividad. "Si ya, en situación normal, decimos que la gente tiene mucho tiempo libre para los memes o los chistes, ahora que sí que tenemos muchas horas para imaginar, podemos llegar al infinito", afirma el experto.

   Las emociones básicas del ser humano son seis, recuerda: alegría, tristeza, sorpresa, miedo, asco e ira. Con estos sentimientos se trabaja también a la hora del márketing empresarial, en el que funciona especialmente bien "la sorpresa y el humor, son recursos muy atractivos para los consumidores".

   La creatividad, que lleva a sorprender, y el humor, facilitan "que nos acordemos de las cosas, captan mejor nuestra atención, porque nos ofrecen sensaciones positivas", y, por eso, algunas campañas de márketing o publicitarias que se basan en estas emociones "tienen más efecto, y se recuerdan durante más tiempo".

   Como ejemplos de ello, precisamente, rememora los 'calvos' del atún, las campañas navideñas de Campofrío o a aquel famoso "hola, soy Edu, feliz navidad". Ahora mismo, las marcas están viendo este momento "como una oportunidad, no para hacer sus productos, sino para un propósito social, fabricando material necesario, para devolver a la sociedad lo que la sociedad les da habitualmente".

   Y por eso, también, en la situación actual, la gente recuerda mejor los memes o los chistes "que son más originales, que chocan y que, sobre todo, nos sorprenden". Algo que, en sus palabras, manejan igualmente a la perfección los monologuistas, "con su capacidad para recoger los pequeños detalles para hacer humor".

   Y es que, como asegura Martínez, "el humor es una emoción solamente humana, no existe en otras especies, en las que podrán aparecer sensaciones de alegría o de satisfacción, un cierto sentimiento positivo, pero el humor o el chiste con desarrollo cognitivo no surge más que en los humanos".

   Siempre se suele buscar a la hora de hacer humor "los campos donde hay más polémica", como los políticos, la situación social, los temas sexuales, las diferencias "o, como el momento actual, las cosas que nos producen miedo". Esto supone que "se convierte lo negativo en positivo" y no significa que se frivolice "a no ser que el humor sea muy disruptivo y llegue a ofender".

   Con todo, Martínez sostiene la opinión de que el humor "no se puede censurar, cuanto más lo censures o lo limites, más va a salir, y con más creatividad", aunque lo que sí reconoce es que las formas humorísticas, e incluso algunos temas objeto de chiste, "se van adaptando a los nuevos usos sociales, y cosas que antes hacían gracia, ahora no".

   De lo que sí está convencido es que "dentro de un tiempo, cuando todo termine, nos acabaremos riendo de esta situación, no con los recursos de humor que están saliendo ahora, que ya estarán caducados, sino que se inventarán otros nuevos,y entonces nos reiremos de verdad de lo que está ocurriendo en este momento".

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