Experta UNIR nos ofrece las claves básicas para conocer nuestros derechos ante imprevistos en un Festival

Medusa Sunbeach Festival
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Actualizado: domingo, 29 julio 2018 11:52

   LOGROÑO, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -

El verano es, sin duda, época de festivales. Numerosos son los espectáculos que se desarrollan por casi toda la geografía española en estos meses para hacer vibrar a todo tipo de público pero:¿sabemos los consumidores qué derechos tenemos ante una cancelación o problemas de la organización?.

    La especialista en Derecho Mercantil y profesora en el Grado de Derecho de la UNIR, María José Otazu, recuerda a los consumidores que todo aquel que compre una entrada por la vía adecuada está protegido por la Legislación de Protección de Consumidores. Una ley que apoya a los 'festivaleros' ante cancelaciones imprevistas, falta de organización, errores a la hora de recoger las entradas, negligencias, modificaciones de los conciertos o incluso suspensión. La más demandada, ante estas situaciones, es el derecho del consumidor a recuperar su dinero.

   Aunque como explica a Europa Press "la normativa de espectáculos varía en cada comunidad autónoma" la regla básica es que "los usuarios tendrán derecho a la devolución total o parcial del importe abonado por las localidades, en el supuesto de que el espectáculo o actividad sea suspendido o modificado sustancialmente".

   En este sentido, ha matizado, si se cancela el evento se debe exigir la devolución del importe de la entrada "pero en caso de aplazamiento o cambio de condiciones será más difícil recuperarlo".

   Así, la especialista lo tiene claro. "Cuando ocurre algo que no estaba previsto, y siempre que no haya sido por fuerza mayor, el cliente tiene el derecho a la devolución de una parte o incluso de toda la entrada. A veces, por no meternos en ese proceso, muchos decidimos no reclamar pero sería un error porque parece que las empresas organizadoras se salen con la suya. Y así, reclamando, seguro que se solucionarían más rápido los problemas".

   En ciertas ocasiones, las empresas se basan en "problemas técnicos" para suspender conciertos previstos, en fallos de sonido o interferencias, pero estas situaciones "son completamente previsibles, los organizadores deberían tenerlo en cuenta para que todo vaya bien el día de los conciertos. Para ello hay ensayos, preparativos y toda una serie de actividades previas que deberían evitar estas situaciones".

   Ante estos fallos que, evidentemente, "no son de fuerza mayor", los consumidores "tenemos todo el derecho del mundo a mostrar nuestra disconformidad con lo sucedido" y estamos amparados por 16 leyes autonómicas y una estatal.

LA LEY ESTATAL ES DEL AÑO 1982

   Quizás, para Otazu, profesora también en el Máster Universitario en Asesoría Jurídica de Empresas de UNIR, el cambio en esas leyes sería una parte primordial para salvaguardar los derechos de los consumidores de este tipo de eventos porque la estatal, recuerda, es del año 1982. En este sentido, explica, "es evidente que los festivales de antes en poco o nada se parecen a los de ahora y por ello hay que saber dónde estamos y a qué nos enfrentamos hoy en día".

   "Es necesario un cambio en esta Ley para estar más protegidos y, aunque en las autonómicas, algo está cambiando, lo cierto es que sería más que necesario una Ley más actual, que cuente con todos y que nos proteja más".

   "Aunque no es fácil cambiar una Ley, deberíamos empezar por dar los pasos para adaptarla al día de hoy", para ello la experta recomienda "que se haga por profesionales en la materia y adaptándose a las nuevas tecnologías. Todo ha cambiado mucho y hay que ir más allá".

CONSERVAR SIEMPRE LAS ENTRADAS

   A la hora de reclamar, Otazu recuerda que, en cualquier festival, "siempre tiene que haber hojas de reclamaciones en cada puerta", así lo recoge la Ley aunque "muchos ni lo saben". Ahí se puede comenzar el proceso de reclamación pero también hay más opciones. Recurrir a la propia empresa y hacerlo por escrito para que quede constancia y, a ser posible, conservar la entrada hasta el final.

   En este punto, indica, "puede que la empresa no atiendan la queja, por ello es bueno hacer saber a los consumidores que tienen más opciones. Otra es la de acudir a la Junta Arbitral de Consumo o a las Oficinas de Información de los Consumidores, allí se presenta la reclamación oportuna y ellos se deben poner en contacto con la empresa que ha vendido las entradas".

   En esta opción, que es gratuita para el consumidor, también hay un problema, porque "si la empresa no quiere adherirse al convenio no se somete al arbitraje. Una situación que, por ejemplo, no ocurre en el arbitraje de Transporte en el que es obligatorio hacerlo hasta una cierta cantidad, pero en el de consumo no pasa".

   "Si tampoco atienden la reclamación, el último paso es acudir al juzgado. Aunque suene fuerte, es necesario recordar a los consumidores que si no pasa de los 2.000 euros, no hace falta ni procurador ni abogado, por lo que aunque asuste y parezca que va a llevar meses es necesario acudir a ellos".

   "No podemos dejarlo pasar nunca porque, aunque seguramente no sea mucha cantidad de dinero, lo importante es acudir a las vías necesarias porque así las empresas se tomarán en serio los imprevistos y evitarán que sucedan en otras situaciones. Además, recuerda, "esta situación no solo afecta a una persona, sino a todos los que han acudido al concierto por lo que el efecto de presión también puede ayudar".

   Además, la experta de la UNIR recuerda que hay asociaciones de consumidores que se suelen unir para reclamar en ciertas situaciones que se encargan de la demanda colectiva aunque eso supone ciertos retrasos, como ocurrió con las cláusulas suelo. "Aún así, sigue siendo necesario".

   Por ello, la experta recomienda "comprar la entrada siempre por la vía adecuada y, antes de ir al concierto, leer bien las bases y saber qué nos ofrecen y que no, mantener una actitud correcta y que la organización y las empresas sean serias y de calidad puede ayudar a que no haya imprevistos en el festival. Se trata, "por básico que parezca, de tener la diligencia debida".

   Finalmente, la experta advierte que "las reventas están completamente prohibidas en cualquier norma" y que los consumidores "no están protegidos por la Ley en estos casos" y puede haber muchos problemas porque "pueden ser falsas".

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