Expertos concluyen que "el buen periodismo debe actuar de muralla de contención de la información falsa"

Publicado: domingo, 3 junio 2018 11:44

   LOGROÑO, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Reconocidos expertos y especialistas participantes en el XIII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, celebrado en San Millán de la Cogolla, han concluido que "el buen periodismo debe actuar de muralla de contención de la información falsa" porque "la información y la desinformación viajan sin filtro por las redes sociales".

   El Seminario, que se ha celebrado durante los días 20 y 30 de mayo en la biblioteca de Cilengua, fue inaugurado por la reina Letizia y llevaba por título 'El lenguaje en la era de la posverdad'.

   Como conclusiones, los expertos señalan que "siempre han existido las noticias falseadas y la manipulación informativa, pero actualmente las nuevas y poderosas herramientas tecnológicas, accesibles a casi cualquiera sin apenas coste, hacen que estas se fabriquen con una mayor velocidad y facilidad".

   Ello, "sumado a la sofisticación a la hora de camuflarlas y a la dificultad para distinguir lo real de lo fabricado de manera rápida y sencilla, les otorga una nueva dimensión: ahora son enormes redes de desinformación intencionada y extensiva".

   Además, destacan que el fenómeno de las noticias falseadas "no solo afecta a los medios de comunicación o a la política; también a campos como la seguridad, la defensa o la salud (por ejemplo, promoviendo la no vacunación o negando la existencia del cambio climático)".

BÚSQUEDA DE UNA VERDAD PERIODÍSTICA

   Aunque el concepto de verdad es muy complejo y se presta a múltiples interpretaciones desde el punto de vista filosófico, los periodistas "deben centrar su atención únicamente en la búsqueda de una verdad periodística, basada en hechos comprobados de acuerdo con reglas y mecanismos profesionales de verificación".

   Con todo ello, reflexionan, "el buen periodismo debe actuar de muralla de contención de la información falsa. Debe recuperar su papel educador, no desde el dogma, sino desde el apego absoluto a la realidad para impedir tergiversaciones que vacíen las palabras de significado, evitando hermanar la confusión con la manipulación".

   Tan preocupante como la difusión de noticias falseadas es la creación, gracias a la tecnología, "de burbujas en las que los ciudadanos solo están en contacto con las ideas y opiniones que coinciden a priori con las suyas y que son hostiles a los matices autocríticos".

   "La desinformación contribuye a crear estas burbujas que encierran a los ciudadanos en cámaras de eco y dinamitan la existencia de espacios comunes de diálogo, imprescindibles para el buen funcionamiento de las sociedades", alertan.

   Además, "esconder los hechos y resaltar las palabras, convertir todos los temas en viscerales, establecer una separación radical entre nosotros y ellos y apelar al miedo son algunas de las principales estrategias de manipulación informativa. Además, en ocasiones lo que no se dice puede ser tan importante como lo que se dice. Con la capacidad de expresar ideas de manera indirecta, y la capacidad de los oyentes de inferirlas, se puede decir mucho más de lo que se desprende del sentido literal de las palabras".

   Esta destreza, que es normal y que se emplea en todo tipo de discursos, "se puede utilizar con fines de manipulación también".

   De las conclusiones se desprende también que la expresión de las emociones "no es universal en los distintos idiomas, pero existen rasgos comunes a distintas lenguas y culturas".

   Las emociones negativas se perciben como más intensas que las positivas, "por eso están siempre presentes en los discursos que tratan de manipular".

USO DEL LENGUAJE

   Ante ello, los medios de comunicación "deberían extremar el cuidado en el uso del lenguaje para evitar una apelación excesiva a las emociones frente a los hechos, aunque eso pueda atraer y retener más la atención de los lectores o resulte, en ocasiones, más rentable económicamente".

   El hecho de que el discurso de la posverdad apele a las emociones "no quiere decir que expresar las emociones sea en sí algo negativo. Son una parte imprescindible y fundamental del lenguaje humano, cumplen la función emotiva-valorativa y ayudan a la salud física y mental. Otra cosa es que la expresión de las emociones se use con fines manipuladores".

   La difusión de noticias falsas crea a menudo una realidad paralela que puede ser decisiva en asuntos cruciales como elecciones y referéndums y favorece más a largo plazo divisiones en el seno de las sociedades.

   Así, destacan, "quien acepta las noticias falsas que circulan por la red no es necesariamente un ignorante o alguien a quien se engaña; a menudo existe una decisión consciente de aceptar ciertas informaciones, independientemente de su veracidad, para reforzar las propias opiniones o los sentimientos".

   El cambio de la forma en la que los ciudadanos se acercan a las noticias (antes las buscaban, ahora les llegan a través de las redes y sus contactos, a menudo, ya seleccionadas) favorece la difusión de noticias falsas. En ese sentido, "las grandes plataformas que seleccionan, distribuyen y dan visibilidad a las informaciones según criterios no siempre transparentes tienen una parte de la responsabilidad para evitar la desinformación".

   Así las cosas, finalizan, "el papel de jerarquización y verificación de la información que hacían los medios ha desaparecido o está desapareciendo. La información y la desinformación viajan sin filtro por las redes sociales; la desinformación lo hace mucho más rápido (hasta seis veces más según algunos estudios) que la propia información".