MADRID, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -
Medio centenar de inmigrantes de países que van desde Rumania hasta Senegal malviven entre colchones, tiendas de campaña y residuos en el patio de un albergue en pleno centro de la capital, que desde hace un mes permanece cerrado por orden de la Comunidad de Madrid.
El lugar donde estos inmigrantes, la mayoría de ellos sin papeles, conviven a modo de comuna se encuentra franqueado por los muros del albergue ahora cerrado. Las casi cincuenta personas que allí viven se ayudan mutuamente comprando alimentos con el dinero de todos de forma solidaria.
La totalidad de los inmigrantes que malviven en el parque aseguraron estar "hartos" de no recibir ningún tipo de ayuda. De hecho, una de las marroquíes que habitan allí, Fátima, explicó cómo, en alguna ocasión, asistentes sociales han visitado el lugar sin regresar para darles una solución ya no sólo al cierre del albergue, sino a otro tipo de problemas que genera la convivencia.
En declaraciones a Europa Press, la mujer magrebí recordó como, hace meses, un inmigrante subsahariano que dormía entre cartones fue quemado, sin que ninguno de los habitantes del patio del albergue pudiera hacer algo por evitarlo.
Un senegalés que lleva 11 años en España, Zacarías, aseguró que para conseguir agua tienen que desplazarse "casi dos kilómetros". Asimismo, explicó que, habitualmente, ante la falta de trabajo, el dinero que obtienen es "de pedir dinero en un parking cercano".
Fátima, que llegó a España a finales de los setenta, relató que, tras su divorcio de un español, su hijo enfermó de esquizofrenia, por lo que tuvo que ocuparse personalmente de él gastándose todo su dinero y quedándose en la calle. De hecho, su hijo se paseaba por el improvisado campamento mientras reía continuamente.
Por último, la mujer marroquí afirmó estar "muy agradecida con los del albergue" porque, aunque ya no sean responsables de su cuidado, la siguen ayudando.
