El acusado de asesinar a su esposa niega los hechos y dice que no recuerda nada

Actualizado: lunes, 6 noviembre 2006 19:25

Abderrazak E.A. fue expulsado momentáneamente de la sala por llamar mentiroso a uno de los testigos

MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

Abderrazak E.A., acusado de matar de siete cuchilladas a su esposa, Verónica Caballero, en Móstoles en febrero de 2004, afirmó hoy durante la vista oral del juicio celebrado en la Audiencia Provincial que él no ha matado a nadie, que no se acuerda "bien de lo ocurrido" y que aún sigue queriendo a la fallecida.

El procesado, que se encuentra en prisión provisional desde la muerte de su mujer, se sentó en el banquillo de los acusados como presunto autor de un delito de amenazas y otro de asesinato. En el caso de ser condenado, deberá indemnizar al hijo de ambos con la cantidad de 181.251 euros, y a cada uno de los padres de la fallecida con otros 8.000 euros.

El escrito de conclusiones provisionales del representante de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que el 27 de enero del 2004 el inculpado acudió al portal del domicilio de Verónica y, al ver que ella se negaba a hablar con él, le asestó siete cuchilladas que acabaron con su vida. La mujer había interpuesto una demanda de separación.

"Y AHORA LLAMA A LA POLICÍA"

Cuando la mujer ya estaba muerta, le gritó: "y ahora llama a la policía". Justo después, el acusado se entregó en una Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía manifestando que había asesinado a su esposa y entregando una bolsa de plástico en cuyo interior se encontraba un cuchillo manchado de sangre. El día que falleció, V.C.C. contaba con 27 años, tenía un hijo de cuatro y vivía con sus padres. Este hijo de ambos se encuentra bajo la custodia de su abuelo materno.

Por otra parte, el escrito señala que un mes antes de este suceso, el 27 de enero del 2004, el reo se acercó a su esposa que iba acompañada de su amigo Wilmer D.L., y a éste último le insultó y le amenazó de muerte. La víctima y su acompañante se refugiaron en un ambulatorio cercano, hasta donde acudieron dos policías locales, momento en el que llegó de nuevo el procesado y dijo a la mujer: "te vas a enterar como me dejes, tú eres mi esposa, eres mía".

Los dos policías acompañaron al tren de Cercanías a Verónica y a su amigo, y volviendo el procesado, les dijo que les iba a matar a ellos y a su hijo. Además, el día del presunto asesinato el imputado acudió al lugar de trabajo de su mujer, el Carrefour de Ciudad de Los Ángeles, porque ésta había interpuesto pocos días antes una demanda de separación, aunque de hecho estaban separados. Tras la discusión, los vigilantes de seguridad le obligaron a que abandonara el lugar.

"NUNCA LA TRATÉ MAL"

Durante la vista oral, Abderrazak E.A. dijo que no saber por qué está en la cárcel y aseguró que nunca trató mal a su esposa. Asimismo, manifestó que el cuchillo con el presuntamente asesinó a su mujer lo compró para su casa y "no para matarla". El procesado no quiso responder a ninguna pregunta más, y se limitó a decir al final del juicio que "muchas de las cosas que se han dicho son mentira".

Durante el juicio, el acusado fue expulsado momentáneamente de la sala por llamar 'mentiroso' al testigo Wilmer D.L., que además había solicitado un biombo para no ser visto por el reo. Wilmer D.L. indicó que su relación con Verónica era de amistad y que ésta "iba por la calle siempre intranquila, mirando a todos lados por si aparecía su marido". "Tenía pánico de este hombre. Él vivía de ella, y le hacía pasar una mala vida, porque le maltrataba física y psicológicamente", apostilló Wilmer.

Por su parte, uno de los compañeros de trabajo de la víctima, que también declaró como testigo, subrayó que durante la discusión que se produjo en el centro comercial el día en que murió Verónica, Abderrazak dijo en tono amenazante: "En Carrefour no voy a hacer nada, yo ya sé lo que tengo que hacer".

Mientras, el padre de Verónica, subrayó que su hija volvió a vivir a casa de sus padres "por los malos tratos" que recibía de su pareja, y relató que él mismo iba a buscar a su hija a la salida del trabajo, "cada día a una parada distinta", para que Abderrazak no conociera el recorrido de la víctima.

SIN NINGUNA PATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA

Los médicos forenses manifestaron en el juicio que la personalidad de Abderrazak es "impulsiva e irreflexiva y tiene baja tolerancia a la frustración", y añadieron que aunque disponen de una información limitada del acusado porque durante la exploración "no colaboró de manera suficiente", no han visto "que tenga ninguna enfermedad mental ni se evidencia patología psiquiátrica alguna".

Así, indicaron que muchas veces no es que no se acuerde de lo ocurrido, sino que "no quiere hablar". "Se acuerda perfectamente de las cosas que le pueden beneficiar y no se acuerda de nada que le pueda perjudicar".

Finalmente, el ministerio fiscal mantuvo su petición de 18 años y medio de cárcel para Abderrazak por considerar que durante el juicio quedó claramente acreditado que fue el autor del asesinato de su esposa, mientras que la acusación particular rebajó de 25 a 20 años su solicitud de ingreso en prisión. El juicio, que duró cerca de cinco horas, quedó visto para sentencia.